Los seguidores de Harry Potter sabréis lo que es un animago: es una bruja o mago que puede tomar la forma de un animal o de una criatura mágica cuando quiere. Este concepto no lo inventó J.K. Rowling, sino que ya existía algo parecido en la mitología de muchas civilizaciones antiguas y se los conocía como cambiaformas. Acompáñanos a conocer 5 Cambiaformas diferentes, mitos que pudieron inspirar a J.K. Rowling.
La mayoría de mitologías que hablan de cambiaformas nos remiten a la teriantropía. La teriantropía es la «supuesta habilidad de cambiar de forma humana a animal y viceversa». Podemos encontarla reflejada en primitivos dibujos hallados en cavernas e incluso en jeroglíficos egipcios, pero también en muchas otras culturas.
5 Casos mitológicos de Cambiaformas
1. Skin-walker
En la mitología navaja existe la figura del Skin-walker o «el que cambia de piel». Se trata de una bruja maligna que puede transformarse en un animal o introducirse dentro de uno y poseerlo. Las personas que actúan como skin-walker no tienen nada que ver con los curanderos navajos tradicionales que utilizan un tipo de artes y magia benéficos.
Con solo mirar fijamente a un animal, pueden introducirse en su interior y dominarlo. Sus intenciones son fundamentalmente malignas.
2. Bultungin, boudas o hombres-hiena
Los bultungin son cambiaformas limitados ya que su poder para mutar en un animal se reduce a convertirse en una hiena. La creencia en estos «hombres hiena» existe en diversas culturas africanas y asiáticas, pero especialmente en la región del Lago Chad donde se tiene noticia de estos cambiaformas desde el siglo VII, durante el Imperio Kanem-Bornu.
En Etiopía también se creía en estos cambiaformas y se atribuía este poder, de forma hereditaria, a los herreros. Los que tenían este oficio eran mirados con desconfianza ya que los mitos contaban que por las noches los hombres-hiena se transformaban y se convertían en saqueadores de tumbas.
3. Selkies
A los Selkies podemos encontrarlos en las mitologías de Irlanda, Escocia e Islandia. No se trata de seres humanos cambiaformas, sino de animales, en este caso focas, que pueden mutar en humanos. Los selkies realizan su transformación y toman la forma de hombres y mujeres de una belleza inigualable.
Según los mitos al convertirse en personas abandonaban su piel de foca cerca de la orilla del mar y volvían a ella cuando querían retornar a su forma original. Si un humano encontraba la piel podía quedársela y dominar al selkie, pero debía tratarlo bien ya que si no lo hacía, cuando el cambiaformas recuperara su cobertura dérmica era habitual que se vengara de forma atroz.
4. Las Empusas de la mitología griega
Las Empusas de la mitología griega eran seres femeninos semejantes a las Lamias, hijas de Hécate, diosa del infierno, y Mormo, un ser maligno que mordía a los niños por la noche. Podían tomar la forma de animales domésticos como perros, gatos, ovejas o vacas, pero también la de una bella hetera o prostituta de la antigua Grecia.
Son muchas las leyendas que implican a Empusas que según los mitos seducen y se alimentan de hombres jóvenes. En una de estas antiguas historias griegas una Empusa encontró a un varón durmiendo a la vera de un camino y se lanzó sobre él para devorarlo. El hombre despertó y evidenció su verdadera naturaleza, era el mismísimo Zeus. Enfadado y colérico lanzó uno de sus rayos sobre la Empusa y la mató. Para descubrirlas había que fijarse en sus extremidades inferiores ya que tenían una sola pierna que podía ser de cobre o similar a la de un asno. En la Grecia moderna aún existe la creencia en esta cambiaformas y según la tradición tienen no una, sino varias piernas que son semejantes a las de un buey, una cabra, un burro, un ser humano y la última es de cobre.
5. Las Alas o Halas de la mitología búlgara
Las alas o halas son criaturas mitológicas que se pueden encontrar en los mitos de diversos países de los Balcanes como Bulgaria, Macedonia o Serbia. Son seres femeninos de gran voracidad que tanto consumen niños como nubes y que en ocasiones también pueden tragarse al sol y la luna causando los eclipses. Antiguamente se creía que si conseguían devorar al Sol y la Luna definitivamente, llegaría el fin del mundo.
Estos demonios asociados con el tiempo meteorológico en muchos lugares, eran cambiaformas. Podían asumir la apariencia de seres humanos, animales, vientos oscuros, monstruos de grandes bocas, cuervos o serpientes entre otras. Se creía que vivían fundamentalmente en las nubes y que causaban las granizadas y las lluvias torrenciales ya que sentían una gran hostilidad hacia los hombres; afortunadamente los «dragones» eran capaces de acabar con ellas.
Son muchos los casos en los mitos de culturas antiguas en los que pueden hallarse figuras semejantes a los cambiaformas o animagos. ¿Conoces alguna más? ¡Compártelo con nosotros! Si te ha interesado este post, quizá quieras leer: Dios del Fuego | 3 divinidades ardientes de distintas culturas.