Ser lo más productivo posible es lo que ansía la mayoría de las personas, hacer un buen trabajo en un menor número de horas. A menudo eso no es fácil; distracciones, falta de organización etc. En el siguiente artículo de Supercurioso te vamos a hablar del sistema de trabajo de Charles Darwin y de como consiguió ser, seguramente, una de las personas más productivas de las que hemos hablado.
El autor de uno de los libros más influyentes, El origen de las especies, Darwin consiguió reducir su jornada de trabajo a 15 horas semanales, en clara ventaja con las 45-47 horas semanales que hacía, y hacemos, todos los demás. Pero, ¿cómo lo hacía? ¿cómo consiguió ser igual de productivo con menos de la mitad de las horas? Te vamos a desvelar los secretos del sistema de trabajo de Darwin para trabajar de manera más inteligente.
Claves del sistema de trabajo de Charles Darwin
Si Darwin trabajara en cualquiera de las empresas que existen hoy en día, seguramente su período de prueba terminaría el primer día de trabajo. A menos, claro está, que su jefe tuviera las mismas cualidades que el y estuviera de acuerdo con una jornada laboral de 3 horas.
Mason Currey escribió acerca de las rutinas de trabajo de Darwin en sus «Rituales diarios: cómo trabajan los artistas». Según Currey, Darwin daba largos paseos y desayunaba antes de que fueran las 8 de la mañana. Seguidamente el trabajo de Charles Darwin le ocupaba 90 minutos en el estudio con la única distracción de un cigarro a los 45 minutos. Más tarde se encontraba con su esposa Emma que le traía el correo. Una vez había revisado todas sus cartas, Darwin se acostaba en el sofá y le pedía a Emma que le leyera las cartas de la familia en voz alta. Después de esto leía un rato.
Sobre las 10:30 de la mañana, Darwin regresaba al estudio y trabajaba hasta el mediodía más o menos. A partir de aquí, el resto del día era prácticamente sin trabajo; dar paseos con su perro, un Fox terrier, escribir cartas, leer la prensa, contar historias acompañado de su mujer y comer. Si tenía algún trabajo pendiente que no había solucionado por la mañana, lo resolvía de 16:30 a 17:30 de la tarde. ¿Qué te parece? Este era el horario del autor del libro que cambiaría la historia del mundo.
Pero este sistema de trabajo de Charles Darwin no era exclusivo de él. Mark Twain solo trabajaba 4 horas al día. Y se cree que esta lista de genios también pertenecía a este grupo de personas super productivas: Alice, Munro, Gabriel García Márquez, W. Somerset Maugham, Anthony Trollope y Peter Carey, el científico John Lubbock, el director Ingmar Bergman, el artista Arthur Koestler y los matemáticos Henri Poincaré y GH Hardy.
¿Trabajas demasiado?
El secreto de Darwin y, como hemos visto, de muchos otros no es tanto trabajar poco sino trabajar con enfoque supremo. Sabemos que trabajar largas horas te hacen parecer un trabajador implicado y abnegado, sin embargo debes saber que es a costa de tu salud. Según una investigación, tener largas jornadas laborales puede acabar afectando a tu salud tanto mental como física. Veamos por qué:
- Trabaja más de 10 horas al día se asocia a un aumento del 60% en el riesgo de padecer problemas cardiovasculares.
- El 10% de las personas que trabajan de 50 a 60 horas semanales tienen problemas de relación con su pareja. La tasa aumenta al 30% si se trabajan más de 60 horas.
- Trabajar más de 40 horas, también se asocia con mayor consumo de alcohol y tabaco así como con el aumento de peso y la depresión, sobretodo en mujeres.
- La productividad real del trabajo decae considerablemente a partir de las 50 horas
Pero no creas que es tan fácil como trabajar menos horas, se trata de que seas igual de productivo, incluso más, trabajando menos. En 1950, los profesores de psicología del Instituto de Tecnología de Illinois Raymond Van Zelst y Willard Kerr realizaron una investigación al respecto. Encuestaron a muchos de sus colegas y después de analizar las respuestas se dieron cuenta de algunos datos muy relevantes: aquellos científicos habían pasado 25 horas a la semana en el lugar de trabajo no habían resultado más productivos que los que pasaron cinco horas. Los científicos que trabajan 35 horas a la semana eran la mitad de productivos que sus colegas que trabajaban 20 horas semanales, mientras que los trabajadores que trabajaban 60 horas o más eran los menos productivos.
Está claro entonces que la productividad no está asociada al numero de horas que trabaja una persona, sino a la calidad de estas. Como te decíamos al principio de este artículo, todo se basa en una concentración extrema en unas horas concretas, seguramente todo lo que hagas alrededor de esas horas de máxima productividad, te lo podrías ahorrar.
¿Como te organizas tu el trabajo? ¿Eres de los que se organiza bien y resultan más productivos o, por el contrario, sueles perder mucho tiempo en tareas innecesarias? ¡Cuéntanos tu caso!