Cada vez que hablamos de un misterioso desastre aeronáutico, nos viene a la cabeza un nombre; Amelia Earhart. Incluso ahora que ya han pasado más de 80 años de su desaparición, ni seguidores, ni historiadores pueden dar respuesta a que pasó exactamente, ¿dónde realmente acabaron sus restos? Y sobretodo, ¿qué decía el último mensaje de Amelia Earhart?
En el siguiente artículo vamos a darte algunos datos acerca de este último mensaje de Amelia Earhart. ¿Quieres saber más? ¡Sigue leyendo!
¿Qué decía ese último mensaje de Amelia Earhart?
Cuando Amelia Earhart y Fred Noonan, su copiloto, tuvieron aquel terrible accidente, tuvieron tiempo de enviar una señal de socorro. En realidad, esa señal de socorro, que era más bien un mensaje, pudo ser escuchado a cientos de millas de distancia.
En el verano de 1937, en San Petersburgo, Florida, se encontraba Betty Klenck, una adolescente de 15 años, en la sala de estar de su casa. Betty era una fan incondicional de las “nuevas tecnologías” y solía pasar largas horas entretenida con la radio de la familia. El padre de Betty le había instalado una larga antena de alambre que media casi 20 metros de largo y que atravesaba el patio trasero de la familia Klenck. Esa antena tan larga era suficientemente potente como para poder capturar transmisiones desde mucha distancia, mucho más de lo que alcanzaría una radio convencional.
Betty, además de estar interesada en las ondas, era una “loca de los aviones”, como ella misma se describía. Quizá gracias a eso, pudo reconocer la importancia del mensaje que le llegó aquella tarde de verano.
Ella se encontraba dibujando mientras escuchaba su radio cuando, de repente, escuchó una voz en la radio que decía: “Al habla Amelia Earhart. Earhart”. El mensaje de Amelia Earhart no podía haber dado con mejor oyente. Dado que Betty era tan fan de los aviones, rápidamente reconoció el nombre de Earhart y se puso a transcribir inmediatamente todo lo que pudo entender.
Estuvo casi 3 horas allí sentada y tomando nota de todo lo que conseguía escuchar, pero la señal se iba desvaneciendo poco a poco. Su padre llegó a casa sobre las 6:15 pm y ella corrió a mostrarle todo lo que había escuchado y anotado esa tarde. También se acercaron a casa de su vecino para ver si el también había sido capaz de detectar las señales, pero no hubo suerte, ya que la única antena de 20 metros que había en el vecindario era la suya.
Cuando el padre de Betty leyó la transcripción de su hija, llamaron a la Guardia Costera quienes le confirmaron que ya existían barcos rastreando la zona. Parece ser que no les dieron demasiado crédito y les dijeron que estaba todo bajo control. Parecía increíble que una niña de solo 15 años hubiera sido la única en escuchar la señal del último mensaje de Amelia Earhart, la aviadora más famosa de todos los tiempos.
Pero, ¿qué decía el mensaje?
La verdad es que no fue un mensaje del todo claro porque, además de ser difuso, las voces se desvanecían a menudo. Pero bastantes detalles de los que Klenck apuntó, coinciden con lo que más tarde se supo o se supuso que pasó en el último vuelo de Earhart, así que parece poco probable que Betty se inventara la historia.
Algunos de los datos que acertó a apuntar Betty
Betty escuchó a Amelia repetir “W40K Howland port” o “WOJ Howland port” lo que coincidía con el destino de viaje de Earhart; la isla Howland.
También pudo escuchar que ella había sufrido una leve lesión pero que su copiloto Noonan estaba gravemente herido. Entendió que el avión se estaba llenando rápidamente de agua. En aquel último mensaje de Amelia Earhart, Betty pudo escuchó que “el agua está subiendo, nos está llegando a la altura de las rodillas”. Después se escucha a Amelia decir “déjame salir” y Noonan responde “no puedo hacerlo”. Parece ser que luego Noonan consigue salir y Amelia se prepara para hacerlo.
Credibilidad del mensaje
Aunque en un principio, las autoridades de la época no dieron ninguna credibilidad a las transcripciones de Betty Klenck, la verdad es que su familia siguió intentándolo hasta que, finalmente, en el año 2000 todo cambió.
En 1970 John Hathaway, el vecino de Klenck se puso en contacto con Fred Goerner, quien había publicado, 4 años antes, un libro sobre la biografía de Amelia. No obtuvo ningún resultado y siguieron sin mostrar ningún interés por el cuaderno de Betty. Pasados los años, Hathaway volvió a intentarlo, pero esta vez con The International Group for Historic Aircraft Recovery (El Grupo Internacional para la Recuperación Histórica de Aeronaves), conocido como TIGHAR.
Sin lugar a dudas, sin la colaboración de TIGHAR, el mundo entero jamás hubiera tenido acceso a las valiosas notas de Klenck. A partir de ese momento, fueron muchos los oyentes que declararon haber escuchado, o creer haber escuchado, las voces de Earhart y Noonan aquella fatídica tarde. En total eran unas 57 personas que, con toda probabilidad, tuvieron a Amelia Earhart al otro lado de su radio. Todos declararon haber oído su nombre de manera repetitiva, una actuación inteligente de Amelia.
Todos estos datos no hacen más que darle credibilidad a la transcripción que hizo Betty Klenck, aquella tarde de 1937, y que fue el último mensaje de Amelia Earhart.