Si te gustan los escenarios inhóspitos, dotados de una gran belleza natural y salpicados por sangrientas leyendas locales, entonces tu destino está en las montañas Mackenzie de Canadá. Justo en el Parque nacional Nahanni, ahí donde la naturaleza más cruda y misteriosa se entremezcla con una cultura indígena llena de retos para antropólogos y curiosos.

Historias de buscadores de oro, de indios antropófagos, de sanguinarios lobos y cuevas malditas, aderezan este escenario declarado Patrimonio de la Humanidad donde su belleza salvaje, edulcora un poco toda la historia que se entreteje en este valle. Te invitamos pues a hacer un breve recorrido por su inquietante leyenda… 

La leyenda de una tribu de hombres gigantes

En efecto, en el Valle Nahanni de Canadá puedes encontrarte escenarios con nombres tan ilustrativos como «montaña de los hombres sin cabeza» o «valle de los hombres muertos». Pequeñas pistas de una leyenda que sigue asustando a día de hoy. Pero ¿por qué razón? ¿hay algo de verdad tras estas supuestas leyendas de tragedia y salvajismo? Para comprenderlo, debemos empezar desde el principio.

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Son muchas las tribus locales que intentaron asentarse en esta zona, como por ejemplo los nativos Dene. Cuando lo hicieron, se dieron cuenta de que la zona, a pesar de sus muchos recursos naturales, disponía de una esencia maldita, presente desde hacía ya varios siglos. En los vastos bosques del valle seguían apareciendo miembros de aquella tribu que antes ocupaba la zona y que creían disueltos. Eran los Naha, un pueblo salvaje y feroz de hombres y mujeres de imponente estatura, que, según contaban las leyendas locales, practicaban el canibalismo. Solían vestir un atuendo impactante: máscaras grotescas con llamativas pinturas con las que causar el pánico a sus víctimas. Ésas a las que siempre acababan decapitando. Una práctica habitual entre los gigantes Naha.

La llegada de los primeros comerciantes

El Valle de Nahanni contaba con excepcionales recursos que el hombre blanco ansiaba explotar. En especial el oro y las pieles de animales. De ahí que, a partir del siglo XVIII, la entrada de comerciantes europeos fuera ya inevitable y constante, momento en que empezaron a extenderse misteriosas historias sobre este lugar.

En 1908 los hermanos Willie y Frank McLeod  llegaron hambrientos por la fama de que en esta zona se encontraban grandes vetas de oro, y de que las pepitas, flotaban en el río. Nada más lejos de la realidad, porque lo que de verdad descubrieron fue una tierra demasiado salvaje y dura. El frío, las montañas, los osos, los lobos… ambos desaparecieron a los pocos meses sin que nadie supiera qué había sido de ellos. Hasta que más tarde, se encontraron sus cabezas cercenadas, y no precisamente por un animal, ya que los forenses dedujeron que debía haberse utilizado un arma muy afilada. ¿Y quizá fueron los hermanos McLeod los únicos en experimentar esta brutal tragedia? En absoluto, unos años después, llegó otro explorador suizo en busca de oro, Martin Jorgenson, a quien hallaron meses más tarde en su cabaña con el cuerpo quemado y sin cabeza.

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Obviamente, no sería difícil buscar una explicación lógica. El oro podía ser un motivante muy fuerte como para crear desavenencias entre los hombres, tanto como para matarse entre sí siguiendo precisamente la linea de esas leyendas que habitaban en el valle del Nahanni. Las historias de los indios Naha, caníbales y tendentes siempre a arrancar la cabeza de sus víctimas. Tal vez fue esa la explicación más razonable, porque las muertes siguieron produciéndose: cazadores que aparecían en sus sacos de dormir sin cabeza o exploradores que aparecían congelados y decapitados a la vez. Toda una tragedia humana que hizo historia.

Más misterios en el Valle de Nahanni

Son muchas las personas que han perdido la vida en esta zona o que, sencillamente, han desaparecido. Se dice por ejemplo que en 1969 llegaron a perderse 44 personas, que son muchos los aventureros que han arriesgado su vida para explorar el valle y a quienes, al cabo de los días, se les ha perdido el rastro por completo. Hemos de admitir que es un paraje salvaje donde los elementos no perdonan a los incautos y a quienes no conocen demasiado la zona. Pero el misterio que aquí se halla encallado es tan sugestivo que se hace comprensible esta fascinación. No tenemos más que pensar también en sus leyendas sobre criptozología, se dice que aquí vivía un tipo de oso carnívoro llamado “Amphicyonidae”, también en este valle son frecuentes las historias sobre el clásico bigfoot. E interesante conocer también la Gruta Valerie de «Las ovejas perdidas», un escenario donde se encontraron más de 100 esqueletos de ovejas, que posiblemente murieron de hambre en el año 2500 a.C.

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El valle de Nahanni es, como decimos, un enclave único sólo apto para experimentados aventureros que deseen ahondar en su clásico misterio. ¿Existieron de verdad los indios antropófagos que arrancaban cabezas o fueron, quizá, salvajes rencillas entre los buscadores de oro de aquella época?

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