Los hallazgos de restos humanos en lugares poco frecuentes o en cantidades no habituales siempre despiertan asombro y desconfianza en los que hacen el descubrimiento y entre los que intentan explicar ese hecho. En Supercurioso hemos visto construcciones hechas con huesos humanos y también los motivos por los que suelen conservarse restos de personas fallecidas en el post: 5 Motivos de por qué se han preservado restos humanos en la historia. En esta ocasión hemos querido acercarnos a un hecho curioso que alertó a la opinión pública cuando fue descubierto; los restos humanos encontrados en casa de Benjamin Franklin, entre los que habían huesos de ¡6 niños!
Si bien en un principio se especuló en que los huesos podrían tener un motivo oscuro, debido a que Benjamin Franklin era el Gran Maestro de los Masones de Pensilvania, la realidad es mucho más simple y tiene que ver con un hecho delictivo que se cometió con frecuencia a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX en Reino Unido debido las leyes que regían en ese país. ¡Acompáñanos a descubrir los motivos de este curioso caso!
Los restos humanos encontrados en casa de Benjamin Franklin
Los restos no fueron encontrados en los EE.UU., sino en la casa en la que Benjamin Franklin vivió en Londres. Antes de la firma de la Declaración de Independencia, desde mediados de la década de 1750 hasta mediados de la década de 1770, Franklin vivió largos períodos de tiempo en la capital del Reino Unido como defensor de los intereses de las Colonias Americanas. Durante esos años residió principalmente en una casa que aún sigue en pie en el 36 de Craven Street. A partir de 1776, el político, científico, inventor, impresor y escritor, regresó a América.
Como la casa que Benjamin Franklin habitó en Londres aún existía, en el año 1998 se pensó en instalar en ella un Museo dedicado a su figura. Al empezar las obras más de 200 años después de su partida, al excavar en el sótano, se encontraron 15 cuerpos enterrados en una habitación secretas que no tenía ventanas y daba debajo del jardín, de los cuales 6 correspondían a menores. Estaban en un hoyo de un metro de ancho por un metro de profundidad y en total habían más de 1.200 piezas. Los estudios demostraron que eran de la época en que Franklin habitó en esa casa.
Una vez descartado que pudiera tratarse de ningún tipo de ritual ni de asesinato en serie, se encontró la explicación más plausible. Algunos de esos huesos presentaban cortes, otros tenían marcas de bisturí e incluso había cráneos perforados. El dueño de los huesos no era Benjamin, sino su amigo, el anatomista William Hewson, yerno de la dueña de la casa que alojaba a Franklin. Hewson llevaba a cabo estudios anatómicos en su hogar y posiblemente, debido a las restrictivas leyes del país sobre las disecciones de cadáveres, se proveía de ellos en el mercado negro.
Como vimos en el artículo: Ladrones de cuerpos | Robos de cadáveres en los cementerios del s. XIX, muchos médicos recurrían a los resurrecionistas para obtener cuerpos para diseccionar. Los restos de los que utilizó Hewson fueron a parar a ese agujero en el sótano de su casa. No se sabe si Benjamin Franklin participó alguna vez en esos estudios médicos, aunque él realmente en lo que estaba interesado era en la física, pero no se descarta que estuviera enterado de lo que ocurría en el sótano.
William Hewson murió poco tiempo después de que el político regresara a su país debido a una infección producida por un corte con el bisturí mientras diseccionaba un cadáver en estado de putrefacción. La casa del 36 de Craven Street es en la actualidad un Museo dedicado a la figura de Franklin. ¿Conocías esta curiosa historia sobre la casa de Benjamin Franklin en Londres? Si quieres conocer otras curiosidades sobre él, te invitamos a leer el post: Las mejores amantes según Benjamin Franklin. ¿Inesperado?