Todas las culturas humanas tienen rituales en torno a la muerte. Difieren mucho entre unas tradiciones y otras y también, en un mismo lugar, según las épocas históricas. En la era Victoriana, por ejemplo, los rituales que se seguían en Reino Unido eran abrumadores como vimos en el post Así vivían la muerte en la Era Victoriana. En general, desde siempre, se han llevado a cabo ceremonias para honrar o despedir a los difuntos en lo que muchas veces es una catarsis colectiva que ayuda a superar ese doloroso momento. Las necrópolis antiguas o nuestros cementerios son una prueba de ello, pero ¿qué ocurría con las personas que morían en la Antigua Roma y nadie quería o podía invertir en la conservación de su memoria? Su destino era el Puticuli. Acompáñanos a averiguar qué era ese lugar y su relación con cadáveres y esclavos.
Cementerios, camposantos o panteones son los lugares en los que se depositan los restos humanos ya sea en ataúdes, sarcófagos o envueltos en telas. También se entierran en ellos las cenizas de aquellas personas que han sido cremadas dentro de urnas o cofres. La palabra cementerio proviene del griego «koimetérion» que quiere decir dormitorio. De alguna manera un Puticuli, también era un cementerio.
Puticuli, cadáveres y esclavos
Los romanos vivían en una sociedad muy compartimentada por su condición social; patricios, plebeyos y esclavos convivían pero no se mezclaban. El último eslabón lo constituían los esclavos que pertenecían a sus amos. Vivían en sus casas, pero en ellas no solían tener ni siquiera un lugar propio en el que dormir a pesar de constituir casi un tercio de la población de Roma. ¿Qué ocurría cuando morían? Su destino, generalmente, era el Puticuli.
Los Romanos dejaron de enterrar a sus muertos en las ciudades tras la proclamación de «Las doce tablas» que eran las normas de convivencia por las que se regían. Esto los libraba de las infecciones y enfermedades que podían proceder de los cadáveres. Por este motivo, los romanos ponían sus tumbas en campos o jardines pertenecientes al fallecido o se compraba un terreno en el extrarradio para tal fin. Los romanos de baja extracción social o los esclavos no podían comprar terrenos para sepulturas y su destino, al morir, eran los Puticuli o Culirue. El Puticuli era una especie de muladar en el que se arrojaban los cadáveres de los esclavos o los pobres.
Un Putículi era en realidad un hoyo profundo excavado en el suelo, fuera de las ciudades en el que se eliminaban todo tipo de «residuos». Restos de vajillas y cerámica, cuerpos de animales muertos y también los cadáveres de esclavos, pobres o delincuentes ejecutados. La palabra «Putículus» proviene de la putrefacción de los cuerpos arrojados en esos lugares que de alguna manera tenían la consideración de cementerios públicos en cuanto eran la fosa común en la que se arrojaban los restos mortales de los más desgraciados de la sociedad.
Los Puticuli más conocidos de la Antigua Roma estaban situados en el exterior de la Porta Esquilina. El Campo Esquilino era una gran área sepulcral en la que se han encontrado y estudiado varios Putículi. Sin embargo, el mayor de todos los encontrados en Roma, fue hallado en 1876 cuando se ponían los cimientos de un edificio y estos cedieron. En el subsuelo había un gran pozo de 50 por 30 metros y con más de 9 metros de profundidad. En el hoyo se encontraron los restos de cerca de 24.000 cuerpos posiblemente arrojados tras alguna epidemia.
Los esclavos no siempre iban a parar al Puticuli. Existen inscripciones sepulcrales romanas que indican que un amo, queriendo honrar la memoria de un esclavo fiel, generalmente liberto, le había comprado un terreno en el que podían descansar sus restos y los de su familia.
¿Conocías la existencia de los Puticuli? ¿Te habías planteado qué ocurría con los cuerpos de los que nadie quería o no podía pagar su sepultura? Si quieres saber más sobre las costumbres de la Antigua Roma, te invitamos a leer el post: Lo más curioso de las mujeres en la Antigua Roma.