Lejos, muy lejos, en China, a unos cien quilómetros de la bulliciosa Xi’an, se erige el monte Huashan (o monte Hua: al fin y al cabo, san quiere decir montaña en chino), una de las cinco montañas sagradas del taoísmo, situadas de acuerdo con la geomancia china (que contaba el centro como una dirección, por eso son cinco y no cuatro).
¿Qué tiene de especial el monte Huashan? Más bien la pregunta debería ser qué no tiene de especial. Además de vistas de infarto, templos milenarios y rutas peligrosísimas, este lugar impregnado de misticismo tiene el honor de tener la casa de té más peligrosa del mundo… y no es el precio el que entraña el peligro precisamente.
La casa de té más mortífera del mundo, en el monte Huashan
El camino a la casa de té
La casa del té del monte Huashan está, como cabría esperar, en el pico más al sur, el más peligroso y el que tiene un acceso más difícil. Llegar hasta ella no es sencillo, aunque no es imposible. Además, tienes distintos caminos disponibles, ya que, con el aumento del turismo, las medidas de seguridad de la zona han aumentado muchísimo. Por ejemplo, se han instalado teleféricos, se han abierto caminos más seguros y se han mejorado las medidas de seguridad de los más peligrosos, con lo que el ascenso es bastante más agradecido.
A pesar de que se han cerrado caminos, el ascenso sigue siendo lo bastante peligroso, empinado y difícil para atraer a todos aquellos aventureros que se hayan visto desanimados por las medidas de seguridad que acabamos de describir. O sea que no os preocupéis: el camino al monte Huashan continúa siendo uno de los paseos más peligrosos del mundo. Todo sea por probar una taza de té en uno de los paisajes más únicos del mundo. Por las vistas, vale la pena.
¿Por qué es famosa la casa de té del monte Huashan?
Además de por todo el camino lleno de peligros que acabamos de describir, la casa de te del monte Huashan se ha ganado la fama por méritos propios. Antiguamente fue un templo, el hogar de los monjes taoístas que se retiraron del mundo y que se sustentaban solo con una taza de té al día, y actualmente se ha reconvertido en casa de té. Lo que hace el te de este lugar realmente delicioso es que se hace con agua de los manantiales de la montaña, o de la nieve que acostumbra a caer cada invierno.
Y luego está la segunda razón. La casa de té del monte Huashan está situada a más de 2.000 metros por encima del nivel del mar. Es decir, que para tomar un té en este lugar hay que ganárselo a pulso. ¿Cómo? Subiendo la montaña y evitando caer por sus interminables y numerosos precipicios, claro.
El camino a la cima: las escaleras al cielo
La primera prueba a la que deberás enfrentarte si quieres visitar la casa de te del monte Huashan es subir las conocidas escaleras al cielo. Y no es porque sean celestiales precisamente, ya que don escalones hechos en la roca. Esto no seria terrible ni peligroso en si mismo si no agregáramos que son tremendamente empinados, la mayoría de las veces ni siquiera tienen barandilla y están gastados por haber sido recorridos por tantos turistas y pelegrinos.
Durante el camino, que parece introducirse entre las nubes, podrás empezar a disfrutar de las maravillosas vistas de la zona: preciosos riscos rocosos por todas partes, pueblos lejanos en miniatura y casitas de ensueño que parecen de muñecas. Sigue subiendo las escaleras y no te preguntes cuándo vas a llegar a la cima, porque aun queda lo peor. En efecto, esta es la parte fácil.
El camino con tablas
La parte del ascenso al monte Huashan está a la vuelta de la esquina: un camino hecho con tablas de madera suspendidas al vacío, en el que tendrás que equiparte con un arnés y andar por encima de las tablas agarrado a una cadena clavada a la piedra. Hay que tener muchísimo cuidado de no resbalar, ya que el estado del camino, y su fragilidad, pueden llevar a tener un accidente por cualquier resbalón.
Eso sí, una vez llegues a la cima te habrás ganado una buena taza de té. Y si te quedas con ganas de más aventuras, puedes recorrer alguno de los otros caminos que te llevarán al resto de los picos.
¿Quieres hacerlo fácil?
Si no te apetece poner en riesgo tu vida y no te dan miedo las aglomeraciones, existe una manera de llegar a cada uno de los picos del monte Huashan casi sin despeinarte: con un teleférico. Eso sí, prepárate para esperar al menos un par de horas en la cola, porque este lugar es uno de los más visitados de la región, no solo por su peligroso camino, sino también desde un punto de vista religiosos. Es tradicional, por ejemplo, dejar un pedazo de cinta roja o un candado dorado en alguna de las cuatro cimas de esta montaña para rezar por la salud de tus amigos y familiares.
Hay algo en el ser humano que provoca tener muchas ganas de ir al monte Huashan, ¿verdad? Cuéntanos, ¿has estado allí alguna vez? ¿Crees que el té vale la pena? ¿Te pareció que era un lugar digno de ser uno de los lugares más peligrosos del mundo? Recuerda que puedes contarnos lo que quieras, para hacerlo, ¡solo tienes que dejarnos un comentario!