A lo largo de más de dos milenios, la Iglesia Católica ha canonizado o beatificado a numerosas personalidades consideradas ejemplificantes para los fieles. Los requisitos para alcanzar el título de Santo han variado a lo largo de los siglos y hoy en día el Vaticano es muy riguroso antes de canonizar o beatificar a alguien. En la antigüedad no existía ningún rigor y se dieron por buenas historias que eran poco más que leyendas. Acompáñanos en Supercurioso a descubrir 5 historias de santos y estatuas religiosas alucinantes y terroríficas.
5 Historias de Santos y estatuas religiosas Alucinantes y Terroríficas
Un Santo en la tradición cristiana es una persona que por sus virtudes es considerada un modelo para avanzar por el camino de la perfección. Fueron los primeros cristianos los que iniciaron la veneración de los santos, ya que dedicaban oraciones a los mártires para que intercedieran por ellos ante Dios. Su importancia se debe a que se considera que los santos que están inscritos en el martirologio romano están «indudablemente» en el cielo y pueden ser venerados, es decir objeto del culto llamado «culto de dulia».
1. Saint Denis o San Dionisio, Obispo de París
Si en alguna iglesia observáis la estatua de un Santo que lleva su propia cabeza entre las manos, no tengáis la menor duda de que os halláis ante una representación de Saint Denis, obispo de París. La primera de nuestras historias de santos gira precisamente entorno a San Dionisio, quien convirtió a muchos paganos al cristianismo y con los años llegó a ser obispo de la ciudad de París. Sin embargo, fueron tantas las conversiones que consiguió que al parecer enfureció a los sacerdotes paganos que habitaban en la región en el siglo III. Junto con otros compañeros, fueron decapitados.
La leyenda cuenta que Saint Denis recogió su propia cabeza y atravesando Montmatre (que significa «mons martyrum» o «monte del martirio») caminó 6 kilómetros hasta que entregó su cabeza a una cristiana romana de la nobleza llamada Casulla. Después de la entrega, se desplomó, y en ese lugar se edificó una iglesia que hoy la famosa basílica de Saint Denis. Se lo conoce también como «el Santo sin cabeza».
2. Santa Lucía
Cuando tengáis ante vosotros la imagen de una Santa que lleva un plato con dos ojos en las manos, seguro que representa a Santa Lucía, una joven que vivió entre finales del siglo III y principios del IV. La leyenda cuenta que desde su infancia, Lucía, que vivía en Siracusa, en la provincia romana de Sicilia, entregó su vida a Cristo y no quiso casarse con el hombre elegido por su madre. Aunque la mujer, curada de una grave enfermedad gracias a los rezos de su hija, accedió a anular la boda, el pretendiente no atendió a razones y la denunció ante los representantes de Diocleciano.
Como no quiso adorar y hacer sacrificios a los dioses paganos, quisieron castigarla llevándola a un prostíbulo para que fuera violada. Los soldados, al intentar moverla, no consiguieron desplazarla ni un centímetro. En algunas tradiciones se dice que fue sumergida en un caldero de pez hirviendo y en otras se explica que le arrancaron los ojos aunque ante el tribunal que la juzgaba, milagrosamente, seguía viendo. Finalmente fue decapitada. Su festividad se celebra en muchos lugares del mundo el 13 de diciembre y es patrona de los problemas relacionados con la vista.
3. Santa Dimpna
Quizá nunca hayas oído hablar de ella, pero entre las historias de Santos, esta es muy conocida en Irlanda. Es de las más tristes y terribles. Según la tradición, vivió en el siglo VII y era hija de un rey pagano, aunque su madre era cristiana. Fallecida la reina, el padre de Dimpna enloqueció de dolor y juró que solo se casaría con otra mujer que fuera igual que su esposa muerta.
La princesa fue creciendo y el rey vio en ella la copia de su difunta mujer, por lo que el padre quiso casarse con su propia hija. La chica, horrorizada, huyó con su confesor a tierras belgas. Refugiados, consagró su virginidad a Dios y juntos se dedicaron a hacer buenas obras durante años, hasta que el padre dio con ella. Mató al sacerdote y, como Dimpna se negó a casarse con él, con su propia espada le cortó la cabeza.
4. San Simón Apóstol o San Simón el Zelote
Simón fue uno de los apóstoles de Jesús y antes de conocerlo había sido un hombre violento. Lo encontrarás representado en la mayoría de ocasiones con un gran serrucho a su lado. Es el símbolo de su martirio. Simón el Zelote predicó el evangelio por diversos países y finalmente fue apresado y martirizado en Persia.
Según la leyenda, ya que es el apóstol del que menos datos se tienen y del que menos referencias hay en las historias de Santos, fue colgado boca abajo y con una gran sierra lo aserraron longitudinalmente.
5. Santa Margarita de Antioquía
Entre las historias de Santos esta es una de las más curiosas. Santa Margarita de Antioquía fue muy popular en la Edad Media. Murió martirizada a principios del siglo IV en las persecuciones llevadas a cabo por el emperador Diocleciano. Convertida al cristianismo a los 12 años, cuando tenía 15 un prefecto romano se enamoró de ella y quiso que renegara de su fe. Ella no lo hizo y fue encarcelada.
Cuenta la leyenda que en su celda apareció un demonio en forma de dragón que la devoró, pero ella, con el crucifijo que portaba al cuello, consiguió rasgar la piel del vientre del dragón y salir al exterior. Por este hecho milagroso se la considera la patrona de los partos. Tras esto, la martirizaron de diversas maneras a cual más terrible: clavos, lanzas, azotes con varilla y laceraciones con un gancho. Finalmente, la decapitaron con 15.000 personas más.
6. Santa Apolonia
Para finalizar estas historias de Santos terroríficas, añadiremos la de Santa Apolonia, patrona de los dentistas, la imágenes que la representan con un collar hecho con dientes y también con unas alicates y una muela. Vivía en Alejandría y fue víctima de una persecución a los cristianos.
Capturada, le arrancaron los dientes, pero no consiguieron que renunciara a su fe. La amenazaron con quemarla en una hoguera, pero ella misma saltó a las llamas muriendo sin renunciar a sus creencias.
La hagiografía es la historia de las vidas de los santos y es una disciplina muy interesante ya que además incluye el estudio de sus atributos. Hace un tiempo, algunos Santos cuyas historias no podían probarse o eran extremadamente inverosímiles, fueron retirados del Santoral Católico Oficial y quedaron únicamente como fiestas locales. En Supercurioso os hablamos de uno de estos casos, el de Santa Laura la negra y de otro curioso caso medieval en el que se veneraba a un can: San Guinefort, el perro que fue Santo. ¿Conocías estas historias de Santos tan truculentas? ¿Sabes alguna más? ¡Compártela con nosotros! Estaremos encantados de leerla.