La obra del suizo Carl Gustav Jung ha rebasado el campo de la psicología y actualmente su influencia está presente en la literatura, la sociología, la filosofía y hasta en espacios de entretenimiento como el cine o la elaboración e interpretación de cartas astrales. Esto en gran medida es reflejo de los amplios y a veces poco ortodoxos intereses de Jung, que exploró mundos y tradiciones tan disímiles como la alquimia, el I ching, las oscuras fuerzas que llevaban al mundo hacia la guerra y, algo menos conocido, el avistamiento de objetos voladores no identificados (ufos, por sus siglas en inglés).
La CIA y los OVNIS
Según un antiguo oficial de la CIA, Miles Copeland, a principios de los sesenta esta organización puso a circular reportes falsos de avistamientos de ovnis desde diferentes regiones de Estados Unidos; el objetivo de esta campaña –llevada a cabo por el Equipo de Asuntos Especiales, el mismo que intentó matar a Fidel Castro con los métodos más absurdos e ineficientes- era hacer creer a los chinos que los norteamericanos estaban desarrollando nuevas y avanzadísimas tecnologías. Lo que nunca previeron fue que estos reportes fueran creídos y multiplicados por ciudadanos de ese país y del exterior, con lo que dieron un impulso extraordinario a la creencia en visitantes de otro mundo.
Sin embargo, ya desde los años cincuenta se habían reportado avistamientos y el fenómeno debió ser de cierta magnitud, pues atrajo el interés de Jung, que publicó en 1958 un pequeño ensayo sobre el tema: Sobre cosas que se ven en el cielo.
¿Encuentros cercanos con arquetipos?
El malentendido con esta obra del sicólogo suizo podría comenzar con el título mismo, pues en la edición en español se suprimió la frase inicial de las ediciones alemanas e inglesas: Un mito moderno. Sobre cosas que se ven en el cielo. Y a esto habría que agregar su afirmación al final del prefacio de esta obra:
Como psicólogo carezco de los medios y procedimientos que contribuirían a aclarar la cuestión sobre la realidad física de los ufos. Por eso sólo puedo atenerme a los aspectos psíquicos, que indudablemente existen, y en las páginas que siguen me ocuparé casi exclusivamente de los fenómenos psíquicos que acompañan a los ufos.
A pesar de que han tratado este título como si se tratase de una obra “prohibida” o “maldita”, o de un apoyo por parte de Jung a la existencia de los ovnis, el texto no se aleja de otros análisis de fenómenos espirituales hechos por este autor, que compara estos avistamientos con manifestaciones psíquicas similares que se presentaron antes de la Segunda Guerra Mundial o mucho más atrás, poco antes de imponerse el cristianismo en Occidente.
Entre Hiroshima y el Sputnik
Tras estas “alucinaciones colectivas”, o manifestaciones arquetipales del inconsciente colectivo, también podrían influir otros aspectos vinculados a la posguerra, como el uso bélico de la recién descubierta energía nuclear o el surgimiento del programa espacial, inaugurado por los rusos con el lanzamiento del primer satélite artificial, el “Sputnik”, colocado en órbita en octubre de 1957, menos de un año antes de la publicación del libro de Jung.
Tiempo de cambios en la Tierra
Ciertamente la década que se aproximaba, los sesenta, venía cargada de cambios extraordinarios en todos los sentidos para la humanidad, pero no eran éstos sucesos por venir los que habían obligado a Jung “a lanzar una voz de advertencia”.
Más allá de sus posibles aciertos y desaciertos, Cosas que se ven el cielo constituye una notable curiosidad en la obra de Carl Gustav Jung.
¿Qué crees tú? ¿Existen o no los ovnis?