Lo más probable es que en algún momento hayas escuchado la expresión «la culpa es de la vaca» o que hayas libros con un título similar. Sin embargo, ¿tienes claro cuál es el origen de esta particular frase? Si no es así, has llegado al lugar indicado. En este artículo te explicaremos su origen y, atención, está relacionada con el gran incendio de Chicago.

Sí, así como lo lees. Pero, por ahora, solo podemos decirte que a continuación te llevaremos de viaje a un momento histórico. Además, te enseñaremos algunos datos curiosos que puedes contar en cualquier charla entre amigos.

Gran incendio de Chicago: así ocurrió esta tragedia

Construcciones quemadas en Chicago

¿Quieres saber por qué se dice que «la culpa es de la vaca»? Pues bien, para esto, debemos explicar lo ocurrido en el gran incendio de Chicago. Entre el 8 y el 10 de octubre de 1871, se dio uno de los desastres más emblemáticos en la historia de los Estados Unidos. Se dice que esta conflagración destruyó unos 9 kilómetros cuadrados de esta icónica ciudad.

Además de las pérdidas materiales, que dejaron a unas 100.000 personas sin hogar, se dio también la muerte de al menos 300 personas. Antes del gran incendio de Chicago, la ciudad había sido epicentro de una expansión sin precedentes en territorio estadounidense. Esta, sin lugar a dudas, se había convertido en una de las urbes más importantes del país.

Incluso, esta metrópoli funcionaba como el gran escenario de buena parte de la producción del Medio Oeste, el llamado granero de América. También era la sede de uno de los más grandes mataderos de todo el mundo. Debemos mencionar también la explosión demográfica, pues continuamente llegaban verdaderas riadas de personas (de 1870 a 1900 la población pasó de 300.000 a más de un millón y medio).

No obstante, había factores negativos que no se pueden obviar, pues Chicago llegó a considerarse como uno de los núcleos urbanos más sucios del planeta. El río, debido al tráfico de miles de barcos, tenía un atractivo innegable, pero el vertido de combustibles y otros productos convirtieron sus aguas en un basurero altamente inflamable.

¿Una vaca? Esta habría sido la principal causa de la tragedia

Hablamos del gran incendio de Chicago, no sin antes mencionar que días atrás ya habían ocurrido varios (de menor magnitud, claro). Solo en la primera semana de octubre de 1871 ya se habían presentado 27 incendios. En una de esas ocasiones, un molino saltó y terminó, por decirlo de alguna forma, «escupiendo» fuego en todas las direcciones posibles.

Este último hecho terminó con cuatro manzanas enteras de edificios arrasadas y casi la mitad de los bomberos de la ciudad atendiendo la emergencia. Teniendo en cuenta esto, ya había antecedentes, pero no dejó de ser inesperado el fuego descontrolado proveniente del granero ubicado en el número 138 de DeKoven Street.

Es ahora cuando aparece una vaca como la causa más probable del denominado gran incendio de Chicago. El bovino, que hacía parte del establo de Patrick y Catherine O’Leary, se habría resistido a que le ordeñaran dos veces el mismo día. Entonces, reaccionó de forma airada y reventó una lámpara de aceite que dejó en cenizas todo lo que se atravesó en su camino.

Y sí, aunque parezca sorprendente, las llamas que iniciaron en la casa de los O’Leary llegaron a consumir miles de edificios. Muy seguramente te preguntarás, ¿no se había podido contener el incendio? Y a esto te respondemos, sí, sí se pudo, pero el teléfono de alarma que existía cerca del granero no funcionó de la mejor forma cuando alguien lo usó para dar alerta a la policía.

Además, otra situación que complicó esta comunicación fue que los funcionarios de guardia, Matt Schaeffer y William Brown, dieron mal la dirección a los bomberos en dos ocasiones. Estos últimos apenas llegaron al lugar indicado unos 45 minutos después de haber empezado la conflagración. Para colmo de males, la central de bomberos no tardó en quedar devastada por las llamas y los depósitos de agua habían sido agotados en los incendios de las noches anteriores.

Otros factores que influyeron en el gran incendio de Chicago

Ya conoces cuál habría sido la principal causal de gran incendio de Chicago, pero hay otros detalles que no podemos dejar de mencionar. La tragedia no hubiera sido de la magnitud que conocemos sin estos. Por ejemplo, en el mes de octubre se presupuestan lluvias y vientos repletos de humedad en esta ciudad.

Sin embargo, durante los tres meses previos al desastre, las precipitaciones se habían reducido en un 75 %. Otro factor que también aumentó la gravedad del hecho fue que el granero de los O’Leary era de madera, al igual que los edificios que lo rodeaban. Plantes y árboles de sectores aledaños estaban secos, mientras que la paja se acumulaba en establos, graneros y en las aceras.

El viento tampoco estuvo a favor en el gran incendio de Chicago e, incluso, fue uno de los motores de la propagación del fuego. Este transportó las llamas por la ciudad y, a su vez, creó espirales de convección, los cuales arrojaban partículas incendiadas desde cierta altura hacia las casas. El río, por su parte, también se encendió por la gran concentración de líquidos inflamables, al igual que los edificios a sus orillas.

En otras palabras, todo ardió en el gran incendio de Chicago. Paradójicamente, hasta las pólizas que aseguraban las casas contra los incendios quedaron hechas cenizas. Se dice que en menos de un día y medio, 17.5000 edificios fueron consumidos por las llamas, dejando a unas 100.000 personas sin casa. Apenas 30 horas después apareció la lluvia para así frenar este lamentable suceso.

¿Qué pasó después del gran incendio de Chicago?

Incendio

Parece una respuesta obvia, pero lo ocurrido después del gran incendio de Chicago tuvo gran influencia en el desarrollo del país. Aunque el corazón comercial de la ciudad quedó destruido, algunas de las principales infraestructuras productivas sobrevivieron. Factorías de procesado de carne, molinos, industrias de madera y almacenes de grano pudieron mantenerse en pie.

Así mismo, la ayuda humanitaria no tardó en llegar y esto, en gran medida, fue por la importancia de Chicago. Esta era una ciudad con un amplio potencial de intercambios comerciales de papel y también de alimentos procesados. Por eso, los auxilios llegaron de forma rápida y a gran escala, lo que favoreció su reconstrucción, aunque con algunos reparos.

Sobre esto último, más allá del antecedente de los edificios de madera, las nuevas construcciones volvieron a tener este material. ¿Por qué? La madera, pese a todo, seguía siendo una materia prima mucho más barata que los ladrillos, la piedra y también el mármol. Lamentablemente, en 1874, volvió el fuego que, aunque más leve, arrasó unos 800 edificios a su paso.

Esto, como era previsible, dio paso a que la construcción con ladrillo y terracota aumentara. Además, las innovaciones en materiales ignífugos también tuvo gran desarrollo, algo que en el mundo comenzó a replicarse. La construcción del Home Insurance Building (con sus soportes de acero) en 1884 dio paso al inicio de la era de los rascacielos.

De esta manera, llegamos al final de este artículo sobre el gran incendio de Chicago. ¿Conocías las razones de esta tragedia y la influencia mundial que tuvo? En Supercurioso te enseñamos las mejores historias y los hechos curiosos del mundo.