El gato de Maine Coon, es uno de los más espectaculares que existen, por su tamaño, su belleza y su mezcla de aire salvaje combinado con un carácter afable, que ha dejado ya atrás su pasado como feroz cazador en el noroeste de Estados Unidos. Un animal espectacular que habita en millones de hogares y que suele ser muy apreciado en los concursos de belleza.
Hoy en Supercurioso queremos hablarte de ellos, y si tienes algún gato Maine Coon en casa, no dudes en hablarnos de él.
El gato Maine Coon, grande, fuerte y espectacular
Los machos llegan a pesar unos 10 kilos, mientras que las hembras no alcanzan los 8 kilos. Disponen de una cabeza grande, de un pelaje muy particular y peludo adaptado para zonas frías, al igual que sus patas, resistentes para andar por parajes agrestes. Bien es cierto que han cambiado mucho desde sus orígenes, la domesticación y una vida tranquila en los sofás y camas de las casas, ha hecho que parte de esos detalles «salvajes» que antes tenían, hayan cambiado para adaptarse a unos escenarios más plácidos. Pero sigue habiendo algo en ellos que fascina y que atrae, los gatos de Maine Coon siguen siendo espectaculares, e interesante es también todo lo que se dice sobre sus orígenes.
La verdad es que no son más que leyendas, pero se cuenta que Maria Antonieta intentó huir de Francia embarcando primero sus pertenencias y a sus seis gatos de Angora hacia EEUU con la ayuda de un capitán, el señor Samuel Clogh. Fue él y no Maria Antonieta quien, supuestamente, logró llegar con los seis animalitos a América, concretamente a Wiscasset, Maine, donde los abandonó. Estos gatos de Angora, según la leyenda, terminarían por escaparse para cruzarse con las especies autóctonas. Obviamente esta historia no tiene validez, al igual que esa otra aun más descabellada donde se comenta, que el gato Maine Coon sería en realidad un cruce con un mapache (raccoon en inglés), de ahí la combinación cat-coon.
Existe también otra leyenda que nos habla esta vez de ese «posible» momento en que los Vikingos llegaron a América. En sus fabulosos barcos traían a sus gatos, los cuales, además de aportarles buena suerte en los viajes, los libraban de las ratas. Se dice, que estos felinos eran de los Bosques de Noruega, es decir, una especie de gatos monteses que finalmente, se cruzaron con los autóctonos de América. Realmente curioso también.
Sea cual sea su origen, hay una cosa que está clara: llaman la atención por su corpulencia combinada con un carácter cariñoso y perezoso. Los Maine Coon son extremadamente ágiles y no debemos descuidarnos, porque a pesar de todo, siguen siendo feroces cazadores. Les gusta pasear por el exterior y dado su espectacular pelaje, suelen adaptarse muy bien a los días de lluvia e incluso a la nieve. Son animales muy apreciados en los concursos de belleza, y ellos, simplemente, se dejan mimar hasta la extenuación, recordando, seguramente, esos tiempos en que eran un poco más salvajes y corrían libres por las montañas. Quién sabe.
¿Qué te parecen estos gatos, tienes tú quizá un Maine Coon? Si te ha gustado esta historia conoce también al gato que cuida de un perro ciego.