Vanuatu es un pequeño archipiélago del Pacífico sur, 1.750 kilómetros al este de Australia. En este país habita la tribu Yaohnanen, que profesa una de las religiones más extrañas del mundo: el movimiento del Principe Philip, que rinde culto al Duque de Edimburgo. El ciclón Pam asoló este país a mediados de marzo, y una de las islas más afectadas fue Tanna, donde vive esta tribu. Desde entonces, los Yaohnanen esperar con más ansia que nunca la llegada del Príncipe Philip, ya que consideran el ciclón como el primer paso de una nueva y mejor vida.
Una profecía
Según el profeta Fred, ya fallecido, la sequía de un lago estaría acompañada de siete años sin huracanes antes de que en 2016 se produjese el “gran acontecimiento”. Pam ha roto la racha de siete años sin que la isla sufriese un huracán, así que los primeros pasos de la profecía se han cumplido. Los Yaohnanen aseguran que el Príncipe Philip, de 93 años, los visitará el año que viene; e incluso algunos aseguran que se quedará a vivir con ellos.
Aunque la llegada del Duque de Edimburgo a Tanna parezca poco probable, los Yaohnanen no pierden la esperanza. El jefe Naiva responde que mientras los cristianos llevan más de 2.000 años esperando señales de Jesús, el Príncipe Philip les manda fotos. Es más, en los años 70 Philip ya visitó esta antigua colonia británica -hace unos años unos Yaohnanen le devolvieron la visita en Inglaterra-, y esta tribu le ofrececió tres vírgenes para que se quedara con ellos.
¿Cómo se ha convertido el Duque de Edimburgo en un dios?
Todos conocemos los deslices racistas del marido de la Reina de Inglaterra, lo que hace la historia aún más chocante. Pero lo verdaderamente curioso es el origen de este culto al Príncipe Philip. Sus seguidores aseguran que es el hijo de Kalbaben, un temible espíritu de la montaña que adoptó la forma del hombre blanco para casarse con una mujer extranjera de gran poder. Cuando a principios de los 70 visitó el país, los Yaohnanen encontraron a su mesías.
Jack Navia, jefe Yaohnanen e impulsor de su culto, fue uno de los nativos que recibió al Duque de Edimburgo en 1974. Los Yaohnanen, en canoa, recibieron el Britannia, el yate real británico, y el jefe Navia explicaba que al verlo en cubierta con su uniforme blanco descubrió que era el mesías. Como no podía ser de otra manera, el culto al Príncipe Philip hace bastante gracia en Inglaterra, y desde Buckingham han mantenido el contacto con la tribu. Solo falta por resolver si el Príncipe Philip visitará Vanuatu en 2016 y si se quedará a vivir en Tanna. Parece difícil, pero ¿quién sabe?
Imagen: Jamie McCaffrey y Christopher Hogue Thompson