A lo largo de la historia ha habido tests realmente curiosos para detectar si una mujer estaba o no embarazada. Si ya os hablamos la existencia un ídolo de la fertilidad en Almargen que parece dar resultado en muchas parejas que están buscando un hijo ahora, en esta ocasión siguiendo el hilo de este tema, os damos a conocer algunos tests caseros para detectar el embarazo que se practicaban en tiempos muy remotos.
Los escritos y las pruebas en el Antiguo Egipto
El escrito más antiguo que se conoce sobre tests de embarazos es el llamado Papirus de Lahun (1850 a.C) conocidos por algunos, erroneamente, como Kahun en elque se describen nada más y nada menos que 17 pronósticos sobre la obstetricia (el embarazo).
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El Conjuro de la Diosa Hathor y la prueba del trigo y la cebada
En un papiro de más de 3500 años de antigüedad hay un test realmente curioso que apela a la Diosa Hathor, deidad de la maternidad y la fecundidad. Mientras invocaba a esta diosa, la mujer debía orinar durante varios días sobre 2 bolsas de lona rellenas de trigo y cebada mezcladas con sal; si germinaban la mujer estaba embarazada.
Además, se podía saber si el sexo del bebé. Si el trigo germinaba la mujer tendría una niña y si germinaba la cebada un niño. De lo que nada se dice era si germinaban ambas semillas, ¿serían gemelos? ¿Niña y niño? En 1963 se comprobó la eficacia de esta prueba en laboratorios y demostró que tenía una fiabilidad de un 35%. La base científica está en los estrógenos presentes en la orina de la mujer embarazada. ¡Interesante! ¿Verdad?
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La prueba de la cerveza en el Antiguo Egipto
Los Antiguos egipcios tenían otro test que consistía en contar las veces que una mujer vomitaba ante una mezcla que bebía a base de cerveza y dátiles. Si lo hacía con frecuencia es que estaba embarazada.
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Si el rostro se le pone verde
Esta «ley» decía que si al apretarle los brazos y sujetarle los dedos el rostro de la mujer se ponía verdoso o sentía latidos en las manos, estaba embarazada.
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El test de la cebolla
Este método ya se encuentra en el papiro de Carlsberg y siguieron practicándolo los griegos. De hecho, Hipócrates el padre de la medicina sugirió que las mujeres se introdujeran una cebolla u otro vegetal que tuviera olor fuerte en la vagina.
Si al día siguiente su aliento olía a cebolla era que no estaba embarazada. La explicación estaba en que el vientre se cierra si se está embarazada.
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El test de la sandía
En el papiro de Berlín (1350 a.C) se cuenta que si se le daba a la posible embarazada un trozo de sandía mezclado con leche de una mujer recién parida y vomitaba, es que estaba en cinta.
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