Pluckleym es un pequeño pueblecito de Kent, en Inglaterra. En su bosque se inscribe uno de los misterios más famosos del Reino Unido, de ahí que este rinconcito tranquilo y casi idílico se alce como uno de los escenarios más misteriosos y originales de Europa. Cabe decir además que para los historiadores, Pluckleym, es también el lugar donde se encontró el primer manuscrito de William Shakespeare, una especie de borrador de los actos iniciales de Enrique IV.
No obstante, la mayoría de turistas que recibe Pluckleym, busca en especial una sola cosa: adentrarse en el inquietante bosque de los gritos…
«Screaming wood», el bosque de los gritos de Pluckleym
Cuando uno llega a la entrada de Pluckleym, lo primero que verá es la Iglesia de San Nicolás. Una vieja construcción donde se salpican aquí y allá, pequeñas lápidas moteadas de musgo y sobre todo, de tiempo. De siglos y siglos de antigüedad. Es un pueblo con mucha historia, y la mayoría con una esencia claramente dramática, y de la que se tiene bastante documentación, de ahí, que se conozcan prácticamente todos los fantasmas que, según dice la leyenda urbana, rondan el bosque de Pluckleym.
El espíritu más conocido es el del bandolero del S.XVIII, Robert Du Bois. Se dice que después de varias horas de persecución acabó escondiéndose en el hueco de un árbol, ahí donde fue finalmente hallado por las autoridades y atravesado con el fino de una espada. Una muerte lenta y dolorosa… De hecho, aún se mantiene en pie ese árbol donde fue dejado su cadáver, y en cuyo hueco, proceden alguno de los gritos que se escuchan en el bosque.
Otro de los fenómenos sobrenaturales más aterradores es el de la gitana del puente de Pinnock. No se sabe muy bien quién le provocó la muerte, pero la anciana, murió envuelta en llamas, alzando sus gritos de dolor y desesperanción en la inmensidad del bosque de Pluckleym. Es frecuente encontrarla andando en silencio, envuelta en un chal y fumando en una pipa. Inquietante, no hay duda.
Y las historias dramáticas no terminan aquí. Tenemos también al granjero Edward Brett, que se disparó con su propia arma en la cabeza en el siglo XVIII, también es frecuente ver a un viejo molinero, cuya oscura sombra suele vagar por una zona más alejada del bosque de Pluckleym, tras morir quemado en 1939 en el interior de su propio molino.
Una tragedia tras otra que los años, han traído a este lugar donde el dolor contenido, la tristeza y el horror, satura cada brizna de este bosque misterioso como un velo de extrañeza que envuelve a todo aquel que se adentra en él, ahí donde es frecuente sobre todo, escuchar lamentos, gritos, sollozos inconsolables.
Una de las historias más singulares es la de la llamada «dama blanca», una joven perteneciente a la familia Dering, que suele aparecerse en las cercanías de la Iglesia de San Nicolás. Nadie pudo averiguar por qué razón esta muchacha fue enterrada en una cripta y dentro de 7 ataúdes, como una especie de «matrioska» o muñeca rusa a la que se deseaba mantener muy protegida, o por lo contrario, proteger al mundo de los vivos de ella.
Puede que pienses que todas estas historias son cosas del pasado, leyendas urbanas entretejidas por la superstición y el misterio. Bien, cabe señalar que contamos también con una historia relativamente reciente, y es la sucedida con un maestro. No quedan claras las razones que llevaron a cometer tal salvajismo a un grupo de jóvenes estudiantes, pero fue una mañana de invierno cuando se encontró el cuerpo de este hombre colgando de un árbol cerca de la carretera de Dicky Buss’s Lane. Sus propios alumnos lo habían ahorcado y abandonado después en este bosque de leyendas y dolor.
Una historia más que trae la brisa embrujada del bosque de Pluckleym, una brisa cargada de recuerdos tristes y gritos que todo turista ansía experimentar en persona. ¿Te adentrarías tú a este lugar maldito? No dudes en dejarnos tus comentarios, mientras, te invitamos a descubrir un bosque lleno de misterio y fantasía: Wistman.