Estamos en Dartmoor, Devon. Para los amantes de las aventuras de Sherlock Holmes este escenario les será familiar: es aquí donde Arthur Conan Doyle desarrolló su famoso relato del «Sabueso de los Baskerville». Un inquietante bosque donde las leyendas de los perros infernales, las desapariciones en las ciénagas y lo abrupto del paisaje, invitaba sin duda a dejar correr su pluma en la que sería una de las mejores aventuras del canon policíaco salpicado con elegantes dosis de terror.

Hoy, en Supercurioso, te invitamos a pasear con nosotros por estos bosques de árboles ondulados, ahí donde las barbas verdes de los líquenes ondean con tristeza y misterio. ¿Nos acompañas?

El misterioso bosque de Wistman

El bosque de Wistman está declarado como paraje de interés científico. En él, se alzan con gran elegancia unos robles muy apreciados por Gran Bretaña, dada su antigüedad y su belleza. Solo hay tres bosques de estas características en Reino Unido, de ahí que sea un área cercada y protegida bajo la autoridad del Ducado de Cornualles.

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Son casi cuatro hectáreas de fantasía embriagadora. Andar por aquí es como avanzar por un bosque irreal y primitivo donde el color verde, el gris y el marrón oscuro, perfilan toda la paleta de tonalidades del bosque de Wistman. Si uno tiene la suerte -o el atrevimiento- de pasear en soledad, creerá que en cualquier momento va escuchar el aullido profundo de ese sabueso gigante que avanza decidido a buscar al último vástago de la familia Baskerville. Si tienes una de esas mentes que se dejan llevar por la imaginación y la fantasía disfrutarás enormemente de todo este contexto.

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Si además entiendes de fotografía, no dudes en llevarte tu cámara para capturar los maravillosos detalles que habitan aquí. Cada rama de estos árboles, sostiene varios tipos de musgos y líquenes. Un ecosistema único que nos da un ejemplo de la amplísima vegetación británica que crece en esta latitud.

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Debes saber también que el bosque de Wistman está protegido frente al pastoreo y el ganado, se intenta preservar el equilibrio de esta zona para permitir que la naturaleza no varíe, es más, se permite que siga avanzando tal y como marca su caprichoso antojo. Los robles se enredan los unos con los otros en sus ramas ondulantes, los líquenes crecen como las barbas de gigantes acariciando las maderas de los árboles. Una maravilla única que invita al recogimiento, a disfrutar de estos parajes únicos y excepcionales que habitan en nuestro vasto planeta.

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Como última curiosidad, merece la pena saber que el nombre de Wistman hunde su raíz en el término «wisht», que significa, cómo no, misterio. Y ahora dinos ¿te gustaría visitarlo? Si te ha gustado este artículo descubre también el espectacular bosque de bambú de Sagano Arashiyama.