Stephen Hawking volvió a conmocionar al mundo científico. Según el renombrado físico británico no existían los agujeros negros, al menos tal y como eran imaginados hasta entonces. La teoría de los agujeros negros de Hawking revolucionó en su momento la investigación en el campo de la astrofísica. Afirmaba que los gigantes gravitacionales no son inmortales, sino que están sometidos a un proceso de «evaporación», pierden partículas (y por lo tanto su masa) a través de un proceso denominado radiación Hawking. Además también se suponía que existía un punto de no retorno, denominado horizonte de sucesos, más allá del cual nada puede escapar de la atracción gravitatoria del agujero negro.
Sobre los agujeros negros
Los agujeros negros eran considerados hasta ahora como condensaciones de materia con una fuerza gravitatoria tan fuerte que nada que fuera capturado en ellos, ni siquiera la luz, podía escapar. Las condiciones extremas y el comportamiento de los agujeros negros son difíciles de explicar y sería necesario unificar las dos teorías que intentan, en la actualidad, describir la estructura y formación del universo: la relatividad general y la física cuántica.
En la batalla de las ideas acerca de la naturaleza de los agujeros negros y la teoría que podría explicarlos, surgen preguntas hipotéticas cómo: ¿Qué pasaría si un astronauta cayera en un agujero negro?
Desde la perspectiva de la relatividad general la respuesta sería que aunque hipotéticamente consiguiera pasar por el horizonte de sucesos, las fuerza gravitacionales harían que acabara hecho pedazos.
Sin embargo, desde la perspectiva de la física cuántica las cosas irían de otra manera. Después de pasar el horizonte de sucesos, el astronauta se encontraría con lo que los físicos llaman un «firewall». Los agujeros negros no destruyen información, por lo que podría escapar de acuerdo a la radiación de Hawking y a continuación, más allá del horizonte de sucesos, el astronauta encontraría una acumulación de partículas de muy alta energía que lo «freiría» antes de que fuera destruido por las enormes fuerzas gravitacionales del agujero negro.
Estos dos puntos de vista contradictorios sobre la naturaleza y el comportamiento de los agujeros negros, componen la llamada paradoja de la agujeros negros, un tema muy debatido que ha llevado a Hawking a realizar sus controvertidas declaraciones.
La solución de Hawking a la paradoja de los agujeros negros
La solución que Hawking propuso a esta paradoja era eliminar el horizonte de sucesos que genera dicha paradoja. El famoso físico expuso que la idea debe ser reconsiderada y en lugar de poner límites claros a partir de los cuales la luz no puede escapar, Hawking proponía un horizonte aparente que cambia de forma de acuerdo con las fluctuaciones cuánticas en el interior del agujero negro, con lo que que no sería una zona muy bien definida, sería más bien un «área gris».
Por lo tanto, los objetos comúnmente llamados agujeros negros podrían ser considerados pronto como «agujeros grises» al carecer de un límite claramente definido de su influencia. Con esta teoría no se viola ninguna ley de la relatividad general ni de la dinámica cuántica.
La teoría de Hawking no fue aceptada por todos. En este sentido, algunos afirmaron que el físico británico solamente sustituía el “firewall” por un «muro de caos», lo que sería aproximadamente lo mismo y que por lo tanto no resolvía nada.
Sea como sea, ya lo dice el dicho… Rectificar es de Sabios y sabiduría no le faltaba a Hawking.
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