Sin duda, los acontecimientos denominados como ‘milagrosos’ son fascinantes y no dejan de sorprender a cualquier persona que los experimenta. Sin embargo, algunos de estos hechos pueden ser explicados mejor si nos guiamos por bases científicas. Un claro ejemplo de esto es el Milagro de Bolsena, según los conocimientos con los que disponemos actualmente podríamos demostrar que no fue necesaria la intervención divina sino que pudo ser microbiológica. Ven a conocer más sobre este curioso hecho.
Milagro de Bolsena: La transubstanciación
Era el año 1263 y se celebraba una misa en la Basílica de Santa Cristina de la ciudad italiana de Bolsena. La ceremonia estaba a cargo del sacerdote Pedro de Praga, quien justamente se encontraba un tanto dudoso de sus creencias en la transubstanciación. Es decir, en la transformación del vino y el pan en la sangre y el cuerpo de Cristo.
La misa transcurría con normalidad hasta que el sacerdote se dispuso a realizar la Eucaristía, mientras dividía la Hostia vio como esta comenzó a ‘sangrar’ manchando el mantel del altar y las vestimentas del sacerdote. El hecho conmocionó tanto al sacerdote que no sabía si continuar o terminar la Misa, no hay duda que también los asistentes quedaron sorprendidos por tal acontecimiento.
Un año después el papa Urbano IV promovió la construcción de la catedral de Orvieto donde fueron guardadas las ropas manchadas de sangre. Este milagro fue posteriormente inmortalizado en un cuadro por el pintor Rafael y es conocido como el Milagro de Bolsena.
Serratia marcescens y su prodigiosa habilidad
Para el sacerdote y los feligreses presentes no había duda que se trataba de la transubstanciación. Sin embargo, realmente no era la transformación que ellos creían. El líquido rojo que salía de la hostia no era sangre sino un pigmento bacteriano. Veamos la explicación del fenómeno.
La bacteria Serratia marcescens es un microrganismo bastante ubicuo, puede encontrarse en cualquier lugar con humedad, y consigue crecer en un amplio rango de temperaturas. Como las Hostias son elaboradas con harina de trigo, el almidón es su componente principal. Por lo tanto, no sería extraño encontrar Serratia marcescens en Hostias guardadas en lugares húmedos, alimentándose de la gran cantidad de almidón del que disponen.
La Serratia normalmente crece formando colonias pigmentadas de color rosa, pero en exceso de alimento, sus colonias se tornan de color rojo debido a la producción y acumulación de su pigmento. Este pigmento fue convenientemente denominado ‘Prodigiosina’ y es usada por la bacteria como arma química para eliminar otros microrganismos competidores. Es decir, este pigmento tiene propiedades antimicrobianas.
Finalmente, lo único que queda para corroborar la responsabilidad de Serratia marcescens en el Milagro de Bolsena es analizar las manchas de ‘sangre’ y verificar si efectivamente se trata de prodigiosina, algo que hasta ahora no ha sido posible realizar. Hasta que ese momento llegué seguirá siendo el Milagro de Bolsena y no el Pigmento de Serratia.
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