En agosto de 2015 se cumplirán setenta años de uno de los acontecimientos más trágicos y polémicos del siglo XX: el lanzamiento de dos bombas nucleares en Japón, sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, en agosto de 1945. Para muchos historiadores esta acción acortó la guerra y redujo significativamente el costo en vidas humanas. Para otros, que afirman que Japón ya estaba completamente rendido, fue una demostración innecesaria de poder (una manera de decirle al mundo, en especial a los rusos, “miren lo que tenemos, y lo que puede hacer”), y una excusa para experimentar en seres humanos los efectos de esta nueva arma de destrucción masiva.
Con la destrucción de estas dos ciudades japonesas se puso en marcha el lado siniestro de la era atómica, con su amenaza latente de llevarnos a un apocalipsis en muy breve tiempo.
Con el dedo en el botón
Se pensaría que al ver las terribles consecuencias para el mundo del uso bélico de la fuerza nuclear los gobiernos se asegurarían de evitar situaciones que implicaran una conflagración atómica, pero realmente no fue así, y en gran medida sobrevivimos al siglo XX gracias a una combinación de suerte con la prudencia de algunos hombres en el escalafón militar.
En pocas décadas otras potencias, como la Unión Soviética, China y Francia, desarrollaron sus propias tecnologías y comenzaron a formar un arsenal nuclear que ya en los 60 tenía la capacidad para destruir varias veces la vida en la Tierra (con excepción de algunas especies resistentes a la radiación).
Pero esta situación, la de saber que nadie podía ganar realmente una guerra nuclear, no disuadió a militares y políticos de su posible uso para eliminar al adversario, como testimonian algunos eventos del siglo pasado.
Corea, Egipto y Cuba
Una de las primeras amenazas serias después de la Segunda Guerra Mundial se dio durante la Guerra de Corea (1950-1953), cuando el general Douglas McArthur, que coordinaba las tropas estadounidenses contra las coreanas y chinas, propuso usar armamento nuclear contra los chinos y regar desechos radiactivos en la frontera entre ambas Coreas.
Por suerte Truman se negó a hacerlo y pocos meses después retiró el mando de la guerra a este famoso y polémico general.
A mediados de esa misma década un nuevo conflicto, esta vez en el Medio Oriente, pudo haber conducido a la Tercera Guerra Mundial. La guerra por el Canal de Suez enfrentó a Egipto con Gran Bretaña, Francia e Israel, hizo que la Unión Soviética amenazara con involucrarse y en este caso Estados Unidos presionó a las potencias europeas para que se retirasen.
Sin embargo, la Guerra Fría alcanzaría su punto más caliente en Cuba, en 1962, en lo que ha pasado a la historia como la “crisis de los misiles”. En pocas palabras, los rusos estaban instalando misiles nucleares en la Cuba de Fidel Castro cuando fueron descubiertos por los estadounidenses.
Por unos días el mundo permaneció en vilo, hasta que los rusos aceptaron retirar los misiles.
Errores de computadora que pudieron ser mortales
Quizás lo más aterrador es que pudimos haber tenido una catástrofe nuclear debido a simples errores de computadoras. Debió pasar muchas veces pero sólo se conocen algunas situaciones que pudieron haber terminado mal. Veamos un par de ejemplos.
En 1979 los estadounidenses vieron en las pantallas de sus computadoras que los rusos habían iniciado un ataque nuclear total, y comenzaron a prepararse para responder, pero se dieron cuenta de que los radares no indicaban nada. Fue un error de computadoras.
Cuatro años después, en 1983, el error se suscitó en el bando contrario: en las pantallas de los equipos de detección rusos aparecieron misiles provenientes de los Estados Unidos. Por suerte, el coronel Stanilav Petrov, responsable de la base, se negó a seguir el protocolo, que hubiera sido avisar al alto mando y responder al ataque. Los satélites rusos confundieron los rayos del sol con misiles intercontinentales, que por suerte desaparecieron de los radares varios minutos después, minutos que debieron parecer eternos.
Nuevos enemigos, nuevas amenazas
Con el fin de la Guerra Fría el fantasma de una guerra nuclear no se ha diluido del todo; hoy en día más países cuentan con arsenales nucleares y varios de ellos se encuentran en conflicto, como Pakistán y la India, Israel y varios países árabes (que todavía no tienen, pero están buscando); o la misma federación rusa en su actual conflicto con Ucrania y con Occidente. Y a esto habría que sumar la posibilidad de armas nucleares en manos de grupos terroristas.
Sin duda, seguimos al borde del abismo, y con un largo camino por recorrer para alcanzar una verdadera paz. ¿Qué crees tú?