Daphne Sheldrick tiene 81 años, y si de verdad existieran las hadas madrinas, ella sería una. Aunque hemos de aclarar algo: su labor tiene muy poco de magia, pero mucho de corazón, de esfuerzos cotidianos, y de alguna que otra renuncia personal con el fin de ofrecer lo mejor a esas criaturas únicas: los elefantes.
Su labor es conocida en todo el mundo, su trabajo para reintegrar en la vida salvaje a elefantes y otros animales huérfanos es uno de los más admirados a la vez que interesantes. Fue capaz de elaborar un tipo de leche rica en nutrientes con la cual, salvar a rinocerontes y elefantes como si fuera la propia leche materna. El índice de éxito para sacar adelante al animal es tan alto, que cualquier criatura que llegue a los brazos de Daphne Sheldrick, tiene unas probabilidades muy altas de salvarse.
Porque hace su trabajo con amor, porque su labor, parte directamente del corazón.
Daphne Sheldrick, la dama de Kenia
Esta dama octogenaria nutre sus raíces en el bello país keniata, ahí donde estudió destacando de inmediato por su brillantez y sensibilidad por la naturaleza. Cuando llegó el momento de ir a la Universidad, Daphne, declinó la idea por preferir ser ama de casa y contraer matrimonio con David Sheldrick.
Ahora bien, su vida cambió radicalmente en el momento en que su esposo fue nombrado co-director del Parque Nacional de Tsavo. En ese instante la vida de Daphne tomó otro rumbo. Nunca fue una ama de casa, no fue a reuniones de vecinos, ni a ningún club de mujeres en aquellos años 50. Cada día acudía al zoológico y era la primera en ayudar en cualquier labor, en cualquier necesidad.
A los pocos años y en el interior de las instalaciones del zoo, ella y su esposo alzaron un centro de rehabilitación para «huérfanos». En su mayoría eran crías de elefantes, pequeños animales que quedaban solos tras que los cazadores furtivos mataran a sus familias. Algo trágico y una realidad que aún no se ha solucionado. Ahora bien, en el refugio de Daphne se acogían también rinocerontes negros, búfalos, cebras, antílopes, impalas, antílopes, pequeñas mangostas y cualquier tipo aves que necesitara ayuda.
Si por algo es conocida la señora Sheldrick es por perfeccionar un tipo de leche con la cual, criar a rinocerontes y elefantes. Casi ninguno fallece bajo su cuidado. ¿Su secreto? No, no es solo la leche… Daphne les habla, juega con ellos, respeta sus costumbres, sabe cuáles son sus necesidades y no se dedica a criar simples mascotas, son animales que el día de mañana, serán reintegrados a su hábitat natural.
Su vida dio un vuelco con la muerte de su esposo en 1977. Pudo haberlo dejado todo, dedicarse a sus hijos, a sus nietos… Pero quien ama a los animales y se sabe responsable de un importante proyecto, no cree en la adversidad. La afronta y la supera. Es por ello que Daphne Sheldrick creó el «David Sheldrick Wildlife Trust (DSWT)» en Nairobi, Kenia.
Su finalidad era doble: esta vez, además de acoger a los elefantes o rinocerontes huérfanos, trabajaría también con las organizaciones dedicadas a perseguir la caza furtiva. Invirtió fondos propios para el desarrollo de equipos móviles, de ambulancias veterinarias para atender a los elefantes heridos. Y si por esto no fuera poco, empezó también la importante y tarea de «sensibilizar» a la población, de dar cursos, de escribir, de hacer conferencias.
Así pues, su labor es triple: atender, luchar y educar. ¿Puede haber una heroína mejor? Te gustará saber que Daphne cuenta con las condecoraciones más distinguidas de su país, y también la mención del imperio británico, ofrecida por la reina Isabel. ¡Esperemos que su trabajo sirva de referencia para muchas personas más!
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