Creencias y relaciones íntimas en el Antiguo Egipto
Así se creó parte del mundo según los egipcios
Según la mitología egipcia, el dios Atum, “copulaba con su puño” para fertilizarse a sí mismo, de esta manera nació la vía láctea y la atmósfera. Posteriormente se procuró placer a sí mismo y así creó al dios Shu y a la diosa Tefnut, a partir de su esperma.
La procuración de auto placer femenino se consideraba sagrada
Documentos de la época apuntan a que la estimulación femenina era bien vista, gracias a la capacidad reproductora. De hecho, en el museo de El Cairo hay estatuillas con forma de miembro viril de tamaño natural. Los mismos que tenían un uso mágico para las egipcias. Si algún marido padecía problemas de erección, su mujer hacía una réplica exacta de su pene y lo depositaba en el templo, con la esperanza de que él se recuperara.
El mito de la resurrección de Osiris a través del placer íntimo oral
La primera referencia en la mitología egipcia a las prácticas orales dentro de las relaciones íntimas tiene que ver con el mito de la resurrección de Osiris. Según se cuenta, el Bien (Osiris) fue asesinado y descuartizado por el Mal (Su hermano Seth), quien tiró los pedazos de su cuerpo en todo el mundo. Su esposa Isis y su hijo Horus se dieron a la tarea de recolectar cada pedazo con el fin de resucitarlo, pero no encontraron su miembro viril. Hecho que no detuvo a su esposa, quien hizo un miembro de arcilla, lo unió a su cuerpo y le regresó la vida al proporcionarle placer oralmente.
Cleopatra, una felatriz prodigiosa
Bajo el nombre de Cleopatra Filopátor Nea Thea, o Cleopatra VII, fue la última reina de la dinastía Ptolemaica del Antiguo Egipto.
Cleopatra causó sensación por su gran cultura y su irresistible atractivo personal.
Muchas fueron las hazañas de esta mujer, sin embargo, rápidamente se posicionó como una de las amantes más prodigiosas. De hecho, distintas mujeres han sido señaladas como grandes o expertas felatrices, pero sin duda alguna, la más afamada de ellas ha sido la reina Cleopatra, tanto que los griegos la apodaban «merichane», “la boquiabierta” o “la boca de los diez mil hombres”.
Cuenta la historia que la reina convocó a cien generales romanos que residían en Egipto a una fiesta exclusiva, que pronto se reveló como un ritual muy «íntimo», pues se presume que la faraona puso a prueba sus conocimientos más atrevidos con ellos.
Es así como la mitología egipcia a traspasado la barrera del tiempo y nos ha permitido conocer sus costumbres y creencias en donde todo lo relacionado con las relaciones íntimas juega un papel principal.