Uno de los géneros cinematográficos más explotados ha sido el bélico. Hollywood tiene una gran predilección por las batallas e historias épicas, por ese soldado que sobrevivió semanas solo en la selva después de que el resto de su unidad muriese, de ese marine que salvó al mundo gracias a su valentía… Pero estas películas también tienen sus gazapos, que a base de verlos repetidos nos han llevado a creer que las cosas fueron tal y como nos cuentan las películas. Para descubrirlos, vamos a ver cinco leyendas bélicas que vimos en el cine… y que todos nos creemos.
¿Artillería? Para qué, mejor un rifle
El primero tiene que ver con las armas. Estamos acostumbrados a ver a los soldados empuñar su rifle o su ametralladora mientras la artillería parece más una parte del decorado que un recurso para derrotar al enemigo. Los más avispados se preguntarán por qué el protagonista se empeña en disparar y gastar munición teniendo sus tanques, mucho más efectivos, al fondo… y no les falta razón.
La artillería provoca más muertes por armas de fuego que los rifles o ametralladoras, algo que al parecer no sabían los directores de ‘Salvar al soldado Ryan’, ‘War Horse’ y otras tantas películas.
Los perdedores nunca sobreviven
En ‘Braveheart’ o ‘El último samurai’ hemos visto como el bando perdedor apenas tenía supervivientes. Casi todos morían en el campo de batalla, cuando en realidad la mayoría de las muertes se producen en los hospitales o en la retirada. Cierto que las muertes están asociadas a sus heridas de guerra, la mala atención recibida o las penosas condiciones sanitarias, pero al menos el campo de batalla no acaba lleno de cadáveres.
Los mosquetes no eran el arma definitiva
Los siglos XVI o XVII nos dejaron crueles guerras que se han llevado al cine en infinidad de ocasiones, donde la mayoría de combatientes atacaban con un mosquete (y formaban en línea, pero ese es otro tema). Sin embargo, hasta finales de la época napoleónica el mosquete no se utilizó mucho en la guerra por varias razones: pesaba mucho, costaba cargarlos, el humo que desprendían era un problema más en el campo de batalla… El arcabuz era el arma más popular, hasta que a finales del siglo XVII se mejoraron los mosquetes y se popularizaron. La próxima vez que veas ‘El Patriota’ o ‘El último mohicano’ piensa en ello.
Formaciones en línea
En ‘300’, ‘El Rey Arturo’ o de nuevo ‘Braveheart’ vemos unos combates espectaculares, donde los dos ejércitos se enfrentan formados en línea, como si fueran dos equipos de rugby. La épica de estas batallas no tiene nada que ver con los soporíferos combates de la época, donde las heroicidades que vemos en la gran pantalla se traducían en una muerte segura.
Las alineaciones, claves para el Imperio Romano o la Macedonia de Alejandro Magno, eran más defensivas que para combatir. Y como es lógico, los soldados iban muy bien protegidos, sin descubrir el pecho o las piernas como vemos en las películas.
¡¡Vamos a la guerra a matar gente!!
En la mayoría de películas bélicas vemos a los soldados disparar indiscriminadamente contra el enemigo y matando a todo el que no vista como él. Da igual la película o la época, casi nadie se para a pensar en que delante tiene a una persona; y no todo el mundo es capaz de arrebatarle la vida a otra persona. Un ejército efectivo debe estar formado por voluntarios que hayan deshumanizado al enemigo, no por reclutas forzosos como vemos en muchas películas; así que los ensañamientos y masacres en el cuerpo a cuerpo parecen más un recurso cinematográfico que el reflejo de la realidad.
Si te gusta la temática bélica, puede que quieras descubrir el extrañísimo proyecto de la Bomba Gay.