¿Has oído hablar de la wicca? En Supercurioso les hacemos espacio a aquellos temas que se salen fuera de lo común y que causan, por supuesto, curiosidad. Como la Wicca.
La palabra wicca viene del inglés witch, que deriva a su vez del inglés antiguo wicce (bruja, en femenino) y wicca (sabio, masculino). Esta religión es considerada como neopagana, una mezcla de creencias precristianas, de raíces celtas, cuyo rumbo se acerca a la convivencia pacífica con la naturaleza (personificada en la Madre Tierra). Sus practicantes, solos o en grupos pequeños llamados coven (en español, aquelarres), celebran esa armonía a través de rituales en los que se pueden advertir las huellas de antiguas religiones europeas, solares y lunares. ¡Descubre más!
La Wicca, una nueva tradición de la brujería
Muchos llaman a la Wicca “antigua religión”, tal vez por esos ritos, pero en realidad es muy nueva, nació en 1954 y “presentada al público” por Gerald Gardner, un jubilado británico.
Como ya mencionamos, se basa en diversas creencias paganas y algunas prácticas herméticas de los siglos XIX y XX, como la Orden Hermética de la Aurora Dorada, fundada en Londres en 1888, una sociedad esotérica occidental de carácter secreto que comparte el conocimiento cabalístico, alquímico y teúrgico de la tradición mágica de los rosacruces. Era una fraternidad de magia ceremonial y ocultismo.
Esta religión no contempla figuras de autoridad central, lo que le ha permitido crecer y evolucionar estructuralmente, y aunque está basada en enseñanzas secretas –muchas de las cuales pasan oralmente a los iniciados–, hay bastantes variaciones.
Se divide en distintos linajes, coven y tradiciones, y cada uno de ellos tiene su propia estructura organizativa. Como no hay una figura central que acopie en sí misma la ortodoxia a seguir, hay un cierto desorden cuando se intenta definir qué constituye esta religión.
Por ejemplo, la wicca tradicional británica sigue rigurosamente el “linaje iniciático” de Gerald Gardner y sostiene que la palabra wicca debe aplicarse solamente a tradiciones similares; la wicca de nuevas tradiciones eclécticas no piensa lo mismo.
Dentro de sus características más importantes, tendríamos que mencionar su cualidad duoteísta, es decir, se adora a un dios y a una diosa, que son tradicionalmente vistos como la Diosa de la luna y el Dios astado; en este sentido es una religión henoteísta, en la que se reconocen varios dioses pero sólo uno de ellos es digno de adoración por parte de sus fieles. En el caso de la wicca, estas divinidades presentan muchos aspectos distintos que eventualmente pueden ser identificados con muchos dioses paganos de diferentes panteones religiosos.
Por ello se refieren a sus dioses como “Gran Diosa” o “Gran Dios Astado”, donde el adjetivo Gran significaría una deidad que contiene en su propia naturaleza a otras deidades; también suelen ser vistas como facetas de un dios superior, considerado como fuerza o proceso impersonal.
Sus celebraciones siguen los ciclos de la luna y del sol. En los lunares se celebran festivales, conocidos como esbats, asociados a la diosa, y los solares se basan en los cuartos estacionales, conocidos como sabbats, asociados al dios astado.
¿Y qué tiene que ver con la brujería? Pues Gardner, su fundador, fue ocultista, y él mismo cuenta que encontró un grupo superviviente de brujas conocido como el aquelarre de New Forest en cuyos ritos había sido iniciado. Sin embargo, hay autores que refutan con rigor lo dicho por Gardner y aducen que estos ritos fueron completamente inventados por él, sin duda influenciado por autores como sir James Frazer (autor de La rama dorada), que afirmaban la existencia de una religión matriarcal prehistórica que, quién sabe cómo, fue preservada hasta nuestros días en algunos círculos secretos de brujas.
Lo cierto es que la wicca es una religión “mistérica” (plantea misterios que no pretende explicar) e iniciática, y para pertenecer a ella es preciso iniciarse en un aquelarre en donde se recibirá la enseñanza de la tradición, sujeta a juramento de secreto.
Como comentamos al principio del artículo, su estructura es diversa, y así pueden encontrarse muchos aquelarres o coven con sus propios rituales, creados o recopilados. Así sucedió con feministas norteamericanas a finales de los 60, que fundaron la wicca diánica, conocida también como “brujería diánica feminista”, y en donde enfatizan la creatividad y la espontaneidad y se basan en relatos alegóricos de brujas italianas tradicionales.
Cualquiera puede pertenecer a la wicca si así lo desea, no hay ningún obstáculo o prejuicio que lo impida.
Tanto en su forma tradicional como ecléctica es reconocida como religión en diversos países, y cada vez se conoce más a través de Internet. La wicca tradicional usa un texto religioso llamado Libro de las sombras, que se mantiene en secreto menos a los iniciados; es un compendio de conocimientos y rituales de esta tradición concreta, aunque gran parte de las enseñanzas siguen siendo, como ya dijimos, orales.
Los iniciados se convierten en brujos y brujas y, como último dato curioso, no existe el proselitismo entre sus practicantes: no se buscan adeptos sino personas realmente interesadas en aprender y seguir cualquiera de las tradiciones. Y en ese sentido, la wicca es totalmente tolerante hacia las otras religiones, pues se asume como uno de los tantos caminos para acercarse a la divinidad.
¿Qué te parece la wicca? ¿Sabes de alguna otra nueva religión? Y para que amplíes tu información, te recomendamos la lectura sobre el infierno, o sobre el culto a María Lionza.