Puede que tus amigos, tu familia, tus compañeros de trabajo o clase se quejen a menudo de lo obsesionado/a que estás por el orden. Ahora bien, antes de llegar a pensar que lo tuyo es una enfermedad y si como dicen, rozas ya lo paranoico, es importante tener en cuenta que el «trastorno obsesivo-compulsivo» es un problema de ansiedad donde la persona, es incapaz de poder llevar una vida normal, ahí donde el día a día se marca a través de unos rituales donde si uno falla, puede llevarnos a la más extrema desesperación. En la mayoría de los casos es algo normal. Es decir, estar obsesionado por el orden es básicamente una conducta que define a millones de personas sin que por ello, sea una enfermedad. Es un comportamiento, una necesidad como cualquier otra: no hay nada patológico. Hoy en Supercurioso te enseñamos cuáles suelen ser las características más comunes de estas personas. ¿Te identificas? ¡No olvides dejarnos tus comentarios!
1- ¡Mi mesa de trabajo debe estar ordenada! Puede que te sea casi imposible empezar a estudiar si tu mesa no está bien estructurada:
- El ordenador a una adecuada distancia.
- Los papeles ordenados.
- Los rotuladores y lápices a un lado.
- La mesa no debe estar completamente llena, deben quedar espacios vacíos que te aporten calma y tranquilidad.
2- Cuando salgo de casa todo «debe estar en su lugar». Cuando uno cierra con llave la puerta de casa, dejará escapar un suspiro de satisfacción sabiendo que todo está controlado, en su lugar y bien ordenado.
- Eres de los que no soporta irse de casa sin que la cama esté hecha y cada pieza de ropa en su lugar.
- Lo más probable, es que ya te hayas dejado cosas preparadas para cuando vengas: lo que vas a cenar ya estará casi preparado, la lavadora lista para iniciarse y el baño con toallas limpias para ese baño de final del día.
3. No entiendes el desorden ajeno, pero lo toleras. Cuando vas a casa de alguien te ves obligado a apretar los dientes y a desviar la mirada cuando te encuentras con una cocina llena hasta arriba de platos sucios, de ropa por lavar y amontonada encima de las camas, de habitaciones llenas de objetos campando en lugares de lo más insospechados. Te abruma, pero no dices nada. Es más, te sonríes ante tus propias manía por el orden.
4. Puedes llegar a levantarte por la noche para comprobar que algo determinado está en su lugar.
- No podrás cerrar los ojos por la noche si los armarios de la habitación no están cerrados.
- Tampoco descansarás bien si no has pensado la ropa que te vas a poner al día siguiente, y si no la tienes ya preparada en el perchero.
- Tampoco dudarás en levantarte, sea la hora que sea, si de repente, te vienen las dudas sobre si has dejado las llaves en su lugar o si tu mascota lo tendrá todo ordenado y a su alcance (cestita, bebedero, comedero…)
5- Eres una persona muy observadora. Las personas obsesionadas por el orden suelen ser muy detallistas, observadoras y meticulosas. Cuando vas en metro o autobús, te fijas mucho en las personas que hay ante ti, en cómo llevan la ropa, el peinado… Buscas el orden y la armonía ajena a través de pistas visuales en los demás. 6- Ser ordenado te ofrece calma y tranquilidad. Sólo cuando tu escritorio, tu casa y lo que te envuelve está en orden y equilibrio, puedes concentrarte de forma adecuada. Es como si todo adquiriera la armonía necesaria para funcionar, para que tu mirada no se distraiga, para que tu mente se sienta bien. No es algo obsesivo, es sólo un patrón de conducta que siempre te ha definido y que no deseas cambiar porque te define. Porque eres tú, porque cada cosa tiene un lugar y te incomoda lo caótico. Y ahora dinos… ¿te sientes identificado? ¿O eres quizá un poco más desordenado/a? Si es así no te olvides de leer el siguiente artículo.