La última predicción de Albert Einstein, realizada en el marco de la teoría de la relatividad justamente hace cien años, acaba de ser confirmada gracias a una detección realizada por LIGO (Laser Interferometer Gravitational-Wave Observatory). En Supercurioso queremos compartir contigo algunos datos extraordinarios en torno a este descubrimiento.
Ondas gravitacionales: una vez más, Einstein tenía RAZÓN
En 1916 Albert Einstein predijo la existencia de las ondas gravitacionales, y cometió un pequeño error: consideró que éstas nunca podrían ser detectadas por los humanos, debido al tiempo y el espacio inmenso que nos separaría de ellas. En la década de los 80 un grupo de físicos y astrónomos se propuso contradecir esta afirmación y al mismo tiempo demostrar la última predicción de Einstein; para ello diseñaron un experimento que involucraría la construcción de un observatorio especial (LIGO), y la participación de más de mil científicos de quince países.
Los creadores y promotores del experimento fueron los científicos Kip Thorne y Ronald Drever, de Caltech, y Rainer Weiss, del Tecnológico de Massachussetts, y el mismo consistió en crear modelos y simulaciones de situaciones en el universo que pudiesen generar ondas gravitacionales y determinar qué indicadores podrían servir para probar su existencia. El otro paso fue el diseño y creación de LIGO, un observatorio conformado por dos detectores ubicados en Estados Unidos a una distancia de 3.000 kilómetros, y considerado hoy en día como el instrumento óptico de precisión más grande y exacto del mundo (puede detectar anomalías infinitesimales, equivalentes a una diezmilésima parte del núcleo de un átomo).
LIGO entró en funcionamiento en 2015 y el 14 de septiembre ambos detectores captaron una señal que al ser comparada con las simulaciones pudo identificarse como el registro del paso de ondas gravitacionales producidas por el choque de dos grandes agujeros negros a 1.300 millones de años luz de distancia.
Según el famoso físico inglés Stephen Hawking, se trataría de “una nueva forma de mirar el universo”, que además de comprobar la predicción de Einstein, nos coloca en presencia de la primera observación directa de la fusión de dos agujeros negros.
Einstein predijo que eventos de gran magnitud, como la fusión de agujeros negros, podían hacer que parte de la materia se convirtiese en energía y viajase a través del universo en forma de ondas gravitacionales, causando anomalías en el espacio y el tiempo.
Se calcula que la fusión de estos súper agujeros negros involucró masas 36 veces mayores que nuestro sol y parte de esa masa, equivalente a tres soles, se convirtió en energía en fracciones de segundo, tal y como lo describe la famosa fórmula de Einstein: E=mc2, es decir, la energía es igual a la masa por la velocidad de la luz al cuadrado.
La física Alicia Sintes, de la Universitat de les Iles Balears y coordinadora del equipo español que participó en este proyecto, destacó:
“Es un descubrimiento histórico, que abre una nueva era en la comprensión del cosmos”.
¿Puedes imaginarlo? Hemos detectado un fenómeno acaecido cuando en nuestro planeta sólo había vida en los mares, y los animales más complejos eran esponjas y medusas. Debería ser un motivo de orgullo para la especie humana. Ahora comenzarán los debates y las investigaciones en torno a este descubrimiento, y servirán para entender un poco mejor una ley que damos por sentada sin más: la de la gravedad.
¿Qué te parece a ti? No dudes en compartir con nosotros tus opiniones, y quédate leyendo las curiosidades sobre los agujeros negros.
Imágenes: Wikipedia