Cuando se habla del asesinato de Kennedy la mayoría de nosotros ve de inmediato el convertible atravesando una avenida de Dallas bajo una luz intensa, seguida por el atentado sobre el que tantas teorías se han tejido: el asesinato de John F. Kennedy.
Pero en este caso queremos hablarte del otro asesinato, el de su hermano Robert, también rodeado de misterio y dudas que han vuelto a primer plano en días recientes.
NUEVO ENIGMA: algo en el asesinato de Robert Kennedy no encaja
La madrugada del 5 de junio de 1968, el senador por el estado de Nueva York, Robert F. Kennedy, que pocas horas antes se había convertido en el candidato virtual del Partido Demócrata para las elecciones presidenciales, se movilizaba por los espacios de servicio del hotel Ambassador, en Los Ángeles, cuando se suscitó un tiroteo que terminó con un saldo de cinco heridos y la muerte del candidato.
El supuesto asesino, Sirhan Bishara Sirhan, un palestino de nacionalidad jordana, fue capturado en el acto, llevado a juicio y condenado a muerte por el estado de California. Posteriormente la pena le fue cambiada por cadena perpetua –al abolirse la pena de muerte en California– y desde entonces se encuentra purgando condena, aunque desde 1985 ha estado solicitando sin éxito la libertad condicional y pregonando su inocencia.
¿Es inocente Sirhan Sirhan? Desde el principio ha habido serias dudas en torno al modo cómo la fiscalía y la policía de Los Ángeles manejó la investigación. A modo de ejemplo: hubo trece disparos y el arma que portaba Sirhan sólo tenía capacidad para ocho balas; el maître del hotel, que iba delante de Kennedy y tomó por el brazo a Sirhan después del segundo disparo, afirmó que era imposible que éste hubiese matado a Kennedy por la posición donde se encontraba, y otros testigos confirmaron su declaración; sin embargo, las autoridades rechazaron la hipótesis de un segundo pistolero y achacaron toda la responsabilidad al palestino, que en dos años cumplirá medio siglo entre rejas, por un crimen que tal vez no cometió.
A principios de 2016 Sirhan volvió a presentar en San Diego su solicitud de libertad condicional, y esta vez contó con un apoyo inesperado: Paul Schrade, jefe de personal de campaña de Robert y amigo de la familia Kennedy, que también resultó herido en la cabeza durante el atentado.
Schrade, de 90 años, no había visto a Sirhan desde el juicio en 1969, y hoy en día está convencido de que se trata de un hombre inocente que decidieron usar como chivo expiatorio. Poco antes de la audiencia Schrade hizo la siguiente declaración:
“El LAPD (Departamento de Policía de Los Ángeles) y la LADA (la Oficina del Fiscal del Condado de Los Ángeles) sabían dos horas después del disparo fatal de Robert Kennedy que éste había sido efectuado por un segundo pistolero y tenían pruebas concluyentes de que Sirhan Bishara Sirhan no pudo hacerlo y no lo hizo. El acta oficial muestra que la fiscalía nunca tuvo un solo testigo –ni evidencias físicas ni balísticas– para probar que Sirhan disparó a Robert Kennedy. Las evidencias, guardadas bajo llave durante 20 años, muestran que el LAPD destruyó las pruebas físicas y escondió las evidencias balísticas que exoneraban a Sirhan, encubriendo la existencia de un segundo pistolero, que fue el que hirió fatalmente a Robert Kennedy”.
Por su parte Sirhan no ha dejado de afirmar que no recuerda nada de lo que pasó ese día y sus abogados dicen que pudo estar bajo los efectos de drogas o hipnosis. Sin embargo, a pesar de este apoyo significativo, nuevamente se le negó la libertad condicional.
Todo parece indicar que Sirhan Bishara Sirhan morirá en prisión, pero el enigma de quién fue el verdadero asesino de Robert Kennedy continuará vivo, y tal vez sin respuesta. Y sin castigo.
Si te interesó esta nota, tal vez te interese también conocer: