A lo largo de la historia y en todos los países de Europa han habido gobernantes que parecían estar más locos que cuerdos. Algunos de ellos sufrían graves enfermedades que nadie diagnosticó en su momento. La figura del rey se consideraba que lo era por designio divino y nadie podía discutir ni poner en cuestión al monarca. Cuando los desvaríos se hacían insalvables, el entorno del rey organizaba un gobierno regente. Hasta que se llegaba a este punto podían pasar años en los que el sufrido pueblo aguantaba a reyes completamente locos.
4 Reyes completamente locos
Carlos VI de Francia (1368-1422)
Fue coronado rey de Francia a los 11 años, se casó a los 16 y hasta los 25 años fue conocido como Carlos el Bien Amado. A partir de esa edad empezaron a llamarlo Carlos el loco. Sufría ataques psicóticos y, según la medicina actual, posiblemente padecería esquizofrenia, trastorno bipolar o quizá porfiria.
Una de las crisis más notables le ocurrió cuando iba a vengar a un noble amigo. Cabalgaba por el bosque cuando se le acercó un leproso y le gritó que iba a ser traicionado. A uno de sus escuderos se le cayó la lanza sobre el escudo de otro y al oír el estruendo el rey pensó que lo atacaban. Dándose media vuelta atacó a sus compañeros matando e hiriendo a varios de ellos. Tras este episodio, su tío tomó la regencia del reino. Sufría episodios en los que no recordaba que era rey, ni que tenía hijos y especialmente sentía terror al ver a su esposa. Aullaba por los pasillos de palacio y desarrolló un síndrome que le hacía pensar que era de vidrio y podía romperse. Una situación muy triste ya que, además, la enfermedad pasó a algunos de sus descendientes.
Juana de Castilla (1479-1555)
Apodada Juana la Loca, era hija de los Reyes Católicos y fue su sucesora en el trono. Casó a los 16 años con Felipe, archiduque de Austria, apodado el Hermoso. Dicen que su locura empezó por las continuas infidelidades de su marido del que estaba profundamente enamorada. Más tarde Felipe moriría y ella enloquecería completamente.
La leyenda dice que paseó durante 8 meses, por toda Castilla, el ataúd con el cuerpo de su esposo y que lo acariciaba y besaba. Actualmente se duda de que estuviera realmente trastornada y se piensa que tanto a su padre como a su hijo, posteriormente, les interesó mantenerla encerrada para poder gobernar libremente.
María I de Portugal (1734-1818)
Sucedió a su padre en el trono y fue nominalmente reina de Portugal durante 36 años. Fue conocida como «María la Piadosa» o «María la Loca». Era una mujer melancólica y extremadamente religiosa. Durante 9 años fue una reina ejemplar, pero al morir su confesor empezó a sufrir ataques que la llevaban a delirar hablando de la condenación eterna y chillando por todo el palacio.
Se la sometió a los tratamientos habituales en la época para los casos que ellos consideraban de «locura», consistentes en sangrías y enemas. Para intentar curarla se hizo venir a un médico experto de Inglaterra, que la mantenía con camisas de fuerza, la sometía a baños de hielo y otras torturas. Finalmente,el médico fue despedido y ella recobró cierta tranquilidad. Murió en Brasil, lugar al que huyó la Corte portuguesa al ser invadido el país.
Jorge III de Inglaterra (1738-1820)
La locura le sobrevino hacia el final de su reinado. Se cree que pudo padecer una enfermedad llamada porfiria que afectó a varios reyes ingleses y que tiene síntomas parecidos a la locura, ya que los afectados padecen una gran confusión entre otras cosas. Uno recientes análisis de cabellos de sus restos mortales indican un altísimo nivel de arsénico y este elemento pudo agravar sus problemas de salud y su trastorno.
Cuando murió no podía ver ni oír y entre las historias que se explican de su locura destaca una vez que se empeño en dar la mano a un árbol diciendo que era el rey de Prusia. Uno de sus hijos ejerció la regencia, ya que su padre estuvo varios años incapacitado para gobernar.
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Imágenes portada: Juana I de Castilla por Juan de Flandes, D. Maria I, Rainha de Portugal – Giuseppe Troni, atribuído, Allan Ramsay – King George III in coronation robes,