Las personas muy inteligentes no siempre se integran con facilidad en sus entornos más cercanos. Ello se debe a factores muy diversos, donde se ha de tener en cuenta también que incluso ellos/as mismas pueden llegan a autoexcluirse porque no se identifican con todos aquellos que les rodean.
Ahora bien, en ocasiones, también deben lidiar con la incomprensión e incluso con el rechazo, con el hecho de ser «el bicho raro» de clase, la universidad o el trabajo.
Te damos más datos a continuación, invitándote como siempre a que nos expliques tus propias experiencias o de personas que conoces que también lo han sufrido.
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Las personas muy inteligentes no siempre son aceptadas
Antes que nada hemos de precisar algo importante. Queda claro que existirán muchas diferencias interindividuales, y que algunas personas muy inteligentes se integrarán mejor que otras, y que algunas de ellas tendrán ese don con el cual, ser más aceptados frente a otros que, sencillamente, ni lo consiguen ni lo buscan.
No obstante, hay una tendencia habitual a que suceda lo siguiente.
Las personas muy inteligente «descartan» rápidamente a quienes no son de su interés
Las personas inteligentes buscan a personas que les estimulen, que compartan las mismas inquietudes o que sencillamente, les resulten interesantes. Lo más probable es que sientan afinidad por muy pocas personas en su entorno, el resto son solo «gente» sobre la que no sienten obligación alguna de «quedar bien», «resultar simpáticos o agradables».
Todo ello provoca cierta tirantez e incomodidad capaz de conseguir que en entornos de trabajo o de estudio no resulte muy cómoda su presencia.
Las personas inteligentes son vistas en ocasiones como egoístas
«Solo piensan en ellos, están acostumbrados a ser el centro de atención, a ser los mejores, a llevarse los méritos, son egocéntricos….» Estas suelen ser las ideas que muchas personas tienen sobre las personas muy inteligentes. Lejos de ser real, lejos de «ser el centro de atención» lo que ocurre con las personas brillantes es lo siguiente:
- Suelen centrarse en ellos mismos, en sus valores, en sus proyectos, en sus pensamientos… Quedan tan aislados en sus propios mundos que se alejan casi sin darse cuenta, y ello provoca que los demás los vean como «islas remotas» de las que desconfiar.
Si destacas eres peligroso
Algo curioso que puede suceder en ocasiones, es que hay quien desea aparentar más aptitud que la persona muy inteligente, y hace uso del desprecio y la crítica para ridiculizarlo.
Poco se acaba creando un escenario donde la persona inteligente es vista como un «peligro» alguien a quien anular para que exista más igualdad, para que no sobresalga de los demás y no alcance más éxitos que el resto. Algo así se consigue o bien mediante la humillación, el rechazo o el vacío.
Pueden acabar aislándose ellos mismos
La percepción de sentirse como «el extraño o el diferente» puede hacer que poco a poco, vayan evitando no el contacto social, pero sí ciertas situaciones. Podríamos decir que en algunas ocasiones se crea un especie de círculo vicioso: la persona inteligente se siente poco integrada y reacciona como tal, y el resto, al ver su frialdad, tienden también a rechazarlo.
Algo que tienen claro los perfiles con altas capacidades es que no van a gustar a todo el mundo, y ello ya les ofrece una gran tranquilidad. No tiene la obligación de gustar o caer bien a todo el mundo. Pero en ocasiones, también puede suponer un problema, porque hay quien deja de esforzarse, quien hace uso de una sinceridad tan descarnada y poco sutil que puede llegar a hacer daño. Aunque obviamente, este tipo de comportamientos no son generalizables, y cada uno ve y siente el mundo de una manera.
¿Conoces a alguien que actúe de este modo? No olvides dejarnos tus opiniones y recordar también nuestro artículo sobre «el lado oscuro de las persona muy inteligentes».