Island Ramree. Puede que a casi nadie le suene este nombre, y es muy posible también que tras estas dos sonoras palabras que nos sugieren sin duda algún lugar exótico de nuestro planeta, pocos puedan imaginar el desastre humano que aconteció aquí en febrero de 1945.
En efecto, estamos en la Segunda Guerra Mundial, y en este contexto, las muertes, así como las masacres fueron un eterno leivmotiv que a nadie le sorprende. Ahora bien…¿y si te dijéramos que lo que ocurrió en Island Ramree tiene como protagonista a un pantano y a centenares de cocodrilos?
Lo que habrás sentido es sin duda un escalofrío…
La sangre que aquí se vertió no fue a manos de británicos ni de nipones. En esta ocasión, el relato de los hechos marca un espantoso marco que merece ser recordado. Te invitamos a descubrirlo en Supercurioso.
Island Ramree: cuando los cocodrilos devoraron a casi 1.000 soldados
Estamos en Birmania. La guerra sigue avanzando en su complejo juego de ajedrez ganando territorios y haciendo frente a ese enemigo común que en aquellos años, tenía muchos rostros. Los británicos, por ejemplo, y en concreto la Marina Real envió hasta esta zona un contingente de hombres para desalojar a las fuerzas imperiales niponas que en 1942, habían invadido este pedacito de tierra tan estratégico.
Pero no era nada fácil. Los ingleses pensaban que podrían retirar a los japoneses en unos pocos días, pero aquella batalla duró 6 largas semanas, desde enero hasta febrero de 1945. Lo que en un principio se planeó como algo sencillo que les iba a permitir asentar una base aérea para los aliados en la zona de Birmania, se convirtió en un duro enfrentamiento para el cual, tuvieron que pedir más refuerzos.
Así fue, a finales de enero llegó el acorazado Queen Elizabeth junto con un escuadrón de la RAF. De ese modo, los bombarderos B-24 y P-47 libraron las zonas de las playas, mientras las tropas de asalto desembarcaron para cercar, poco a poco, a los aguerridos soldados nipones. La infantería británica estaba bien entrenada para la estrategia, así que disponiendo también de un buen conocimiento de toda la isla, su objetivo fue claro y astuto: cercarlos y cortar todos los caminos para dejar al enemigo nipón en una encrucijada donde solo tenían una posible salida: cruzar el pantano de la isla para llegar a la bahía de Bengala.
Los japoneses, entonces, no tuvieron más remedio que avanzar entre las zonas más húmedas para llegar hasta el pantano, y una vez allí, aventurarse a cruzarlo. Era un camino largo de varios días, en los cuales, muchos cayeron enfermos por la gran cantidad de mosquitos y arañas venenosas que habitaban aquellos parajes. No obstante aquello no fue lo peor, lo más aterrador fue algo que ninguno de aquellos hombres se esperaban: los cocodrilos.
Según relataron e informaron más tarde los soldados británicos, al principio, no comprendían muy bien a qué disparaban los nipones ni por qué lanzaban aquellos gritos tan espantosos. No entendían de qué enemigo se defendían, puesto que ellos no los estaban asediando. Cuando hicieron una pequeña inspección descubrieron algo aterrador. Las tropas japonesas estaban siendo devastadas por los cocodrilos.
Criaturas enormes aparecían a decenas salidos de todas partes ansiosos por darse un festín. Según explicaron tiempo después, era espantoso escuchar cómo en medio de los gritos, se percibía como los animales arrastraban a sus presas haciéndolas girar para luego, llevárselas hasta el fondo del pantano. Eran bestias que ascendían del agua oscura y turbia, y que debido a la masa de mosquitos que saturaba todo el ambiente era casi imposible verlos llegar. A pesar de que los ingleses les pidieron en varias ocasiones que se rindieran para poder escapar de ahí, los nipones se negaron. No deseaban ser prisioneros.
Gritos desgarradores, tiros lanzados al aire, el sonido de las mandíbulas triturando, el chapoteo del agua… Según declararon más tarde, se cree que fallecieron cerca de 1000 soldados. Al menos así lo explicaron las tropas británicas. No obstante, los vecinos de la propia isla de Ramree indican que no hubo tantas víctimas, y que muchos de ellos pudieron escapar. No queda claro, no obstante, para la historia, esta fue la mayor masacre cometida por los animales. Bruce Stanley Wright, un famoso naturalista de la época describió la escena en uno de sus libros publicado en 1962 («Bocetos de la fauna»):
«La noche del 19 de febrero de 1945, fue una de las más horribles para cualquier hombre o soldado. Entre el esporádico sonido de los disparos en la espesura, podían oírse los gritos de hombres heridos, aplastados en las fauces de los enormes reptiles, y el vago, inquietante y alarmante sonido de los cocodrilos girando en las aguas, creaba una cacofonía infernal que rara vez se ha igualado en la Tierra. Al amanecer llegaron los buitres para limpiar lo que los cocodrilos habían dejado… Del alrededor de 1000 soldados japoneses que entraron en los pantanos de Ramree, sólo unos 20 fueron encontrados con vida.«
Un hecho terrible que deseamos compartir en nuestro espacio. No olvides darnos tu opinión al respecto y recordar nuestro artículo 13 datos curiosos sobre los cocodrilos.