Leer las manos, decir la buenaventura, adivinar el futuro… eso es la quiromancia, que existe desde tiempos remotísimos. Aunque no tiene una base científica, goza de una extraordinaria aceptación popular.
Incluso entre la gente que se asume muy religiosa, quizá no permitan que alguien les lea las manos pero no precisamente por no creer, sino más bien lo contrario, por considerarlo una práctica pagana, y por ende, “obra del demonio”, que es quien puede predecir el futuro…
Sea como sea, leer las manos ya es algo que no sólo las gitanas hacen. Con un poco de observación hasta tú podrías hacerlo, ¿te animas?
La quiromancia, el arte de leer las manos
Leer las manos es tan antiguo que los historiadores ubican su origen en la astrología india, en textos chinos de hace 3.000 años y hasta en algunos jeroglíficos egipcios. La palabra quiromancia proviene del griego queiro (mano) y manteia (adivinación), y es eso, adivinar el futuro con las líneas de tus manos.
Hay una leyenda según la cual el gran filósofo Aristóteles habría sido quien llevó la quiromancia a Europa; se cuenta que en una visita a Egipto encontró un manuscrito en un altar dedicado al dios Hermes, estaba escrito en letras doradas y trataba sobre la interpretación de las líneas de las manos. Lo tomó y lo envió a su discípulo, Alejandro Magno.
También, por supuesto, se dice que fueron los gitanos quienes transmitieron a Occidente este conocimiento. Y los chinos aún lo practican, aunque con un método distinto al occidental: ellos combinan el arte adivinatorio con los hexagramas del I Ching, el libro de las mutaciones, y así cada uno de estos hexagramas corresponde a un área determinada de la mano. El sistema chino se vincula más a los montes y depresiones de las manos, mientras que el occidental se basa en la interpretación de las líneas de la palma. Según los expertos, resulta curioso que la lectura de una misma mano según ambos métodos suelan coincidir al referirse al carácter y las predicciones del futuro.
Es una práctica de observación profunda, y te damos unos datos básicos por si quieres aprender. Quien lee las manos no sólo estudia las líneas; también la forma de las palmas, de los dedos y las uñas, su suavidad o su aspereza (independientemente de los callos, que también son una fuente de información para un “lector” avezado), el tamaño, la proporción, hasta el color.
¿Y cuál mano hay que ver? Hay quienes dicen que la izquierda por ser la del corazón, otros ambas manos; la izquierda sería lo que tienes, tus talentos, tus habilidades y capacidades, y la derecha reflejaría tu personalidad adulta, lo que has hecho con tus dones.
A continuación tienes que identificar las líneas importantes, que son cuatro: la línea del corazón, de la cabeza, de la vida y de la suerte (que no todos la tienen).
La línea de la vida nace en medio del pulgar y el índice y termina en la parte inferior de la palma, aquí se muestra el paso del tiempo y sucesos importantes. Si nace más arriba revela una voluntad fuerte, y si termina rodeando el pulgar describiría mucho apego al hogar.
La línea del corazón se refiere a la capacidad de amar de la persona, a los sentimientos y a la sexualidad, pero también al sistema circulatorio y los riñones. Si es fuerte y marcada, indica pasión y fortuna en el amor, y si es larga, puedes esperar fidelidad. En general, mientras más corta menos demostrativa será la persona.
En cuanto a la línea de la cabeza, que es la más importante porque revela datos de la personalidad, se asocia a las capacidades mentales, la inteligencia, el ego, el juicio, talentos y pensamientos. Mientras más marcada puede haber más inteligencia, y más profunda significa más memoria. Y si es larga, hay mucha imaginación.
La línea de la suerte o del destino indica el efecto que tienen los acontecimientos de la sociedad o del mundo en tu vida, pero no todas las personas la tienen. En general puede comenzar en la base de la mano y llegar hasta el dedo medio. Si es profunda, significaría que te controla la suerte; si hay interrupciones y cambios de dirección es que eventos externos producen cambios en tu vida; si comienza unida a la línea de la vida, es que eres artífice de tu propio éxito.
Otro punto a observar es la forma de las manos. Así, existen cuatro tipos: de agua, tierra, aire o fuego.
Las personas con manos de agua tienden a ser creativas y perceptivas, introvertidas, intuitivas y emocionales. Las manos son largas y los dedos flexibles y cónicos.
Quienes tienen manos de aire son sociables y comunicativos, pero también superficiales y rencorosos; están cómodos con lo mental. Sus manos son cuadradas, dedos largos y nudillos prominentes, la palma más corta que los dedos, y la piel seca.
Por otro lado, las manos de tierra pertenecen a constituciones sólidas, de carácter alegre y despreocupado. Golosos a más no poder, suelen tener molestias digestivas. Sus manos son anchas y cuadradas.
Por último, las manos de fuego pertenecen a personas cuyo rostro es rojizo o se pone colorado con facilidad. Son extremadamente emocionales, incluso si son tímidas o introvertidas. No les gusta el calor y aman los alimentos amargos. La palma es cuadrada con la piel enrojecida, y dedos cortos.
Hay otros elementos, como los montes, que son las partes carnosas que se hacen visibles al ahuecar la mano. Todo junto daría una idea de cómo es la persona, según este sistema.
Pero no hay nada fijo, la ciencia no asume este “examen” como definitorio de la personalidad pues leer las manos no es algo exacto ni científico. Además, toma en cuenta que las manos cambian con el tiempo, y nunca le leas la suerte a alguien que no quiera. ¿Te atreves?
Para seguir con el tema de creencias mágicas, lee nuestro artículo sobre el mal de ojo.