Varna, ubicada en la costa del Mar Negro, es la tercera ciudad más grande de Bulgaria, reconocida como balneario y centro turístico y por una historia que remonta su fundación al siglo VI a.C., cuando un grupo de colonos griegos provenientes de Asia Menor la escogió como lugar para establecer su hogar. Aunque 2.600 años parecen mucho, esta cifra podría ser opacada por otra ciudad que creció cerca de Varna, que podría ser la más antigua de Europa, y estar relacionada también con los objetos elaborados con el oro más antiguo de la humanidad.
Varna, el oro más antiguo del mundo en la ciudad más antigua de Europa
En 1972 se descubrió un antiguo cementerio en la zona industrial de Varna, anterior a la ciudad fundada por colonos procedentes de Mileto y con una gran presencia de objetos de oro y cobre en cada una de las tumbas. Desde entonces se han excavado unas 300 tumbas, encontrándose en ellas también objetos de alfarería, de obsidiana y pedernal, cuentas y conchas marinas. En 2004 pudo datarse la antigüedad de la necrópolis entre 4.600 y 4.200 años antes de Cristo, lo que ubicaría cronológicamente este sitio arqueológico en la edad de cobre.
Uno de los elementos más sorprendentes de la necrópolis de Varna es la gran cantidad de orfebrería en oro: los objetos de Varna tienen el oro más antiguo, elaborados por el ser humano. Entre los artículos realizados con este metal precioso destacan placas con figuras de toro, brazaletes y una funda para el pene que se encontró en una tumba que debió pertenecer a un príncipe.
En una sola tumba, la número 43, se encontraron 990 objetos de oro, alrededor de 1,5 kg de este metal, cantidad que sobrepasa todo el oro trabajado en el resto del mundo durante ese mismo período.
Los arqueólogos creen que el cementerio de Varna atendió al menos a 8 centros poblados, lo que podría sugerir la existencia de un protoestado y, de ser así, sería anterior a los reinos de Mesopotamia y Egipto, considerados hasta ahora como los más antiguos.
Una de las ciudades que pudo haber utilizado este cementerio fue Solnitsata, a 35 kilómetros de la necrópolis y considerada por algunos arqueólogos como la ciudad más antigua de Europa.
El anuncio del descubrimiento de esta ciudad fue hecho en 2012 por el arqueólogo búlgaro Vasil Nikolov y se trataría de un centro agrícola, comercial y religioso que prosperó hace más de 7.500 años.
Aunque otros arqueólogos rechazan las aseveraciones de Nikolov (afirman que no debió llegar a tener más de 350 habitantes, por lo que sería exagerado llamarla ciudad), ciertamente hubo en esta región de Europa una civilización floreciente y contemporánea de las ciudades más antiguas que prosperaban entre el Tigris y el Éufrates. Pero también es cierto que esta cultura desapareció de golpe, y hasta ahora no se ha hallado una hipótesis convincente de por qué pasó esto, aunque hay historiadores que apuntan a bruscos cambios climáticos, o a la destrucción por guerra e invasiones –los sospechosos habituales–.
Es probable que con el tiempo descubramos otras antiguas civilizaciones de las que no teníamos noticia, que crecieron, se desarrollaron y desaparecieron sin dejar mayor rastro como prueba de que nada es eterno, y de que algo parecido podría sucedernos si no aprendemos a vivir en paz con el planeta y con nosotros mismos.
¿Conoces alguna otra civilización perdida que quieras compartir con nosotros? ¡Seguramente será muy interesante! Y si no conoces otra, quédate en la página leyendo El misterio de las estructuras submarinas de Yonaguni.
Imágenes: Wikipedia