Tiende a pensarse que las intervenciones quirúrgicas con fines estéticos, como la rinoplastia, son técnicas bastante modernas, de la medicina del siglo XX, pero no es así; hay registros de operaciones de cirugía plástica que se remontan al antiguo Egipto, y en el caso de la rinoplastia, a la también antigua India, aunque se pueda hablar propiamente de rinoplastia como tal a partir del siglo XVI, lo cual no deja de ser sorprendente, y supercurioso.
¿Ya se podía hacer una rinoplastia en el siglo XVI?
Si eras un guerrero del 1500 y en un duelo a espada te cercenaban la nariz, o si la perdías debido a una enfermedad derivada de placeres venéreos y recién llegada del Nuevo Mundo, es decir, si se te caía la nariz debido a la sífilis, quizás no tuvieras que resignarte a pasar el resto de tu vida con el rostro deforme, porque ya algunos médicos manejaban técnicas quirúrgicas como la rinoplastia en el siglo XVI.
De hecho, en 1597, el médico Gaspare Tagliacozzi (1546-1599), profesor de cirugía y anatomía de la Universidad de Bologna, publicó un libro, Curtorem Chirurgia por Insitionem (La cirugía de defectos por implantes), en el que describían, con textos en latín y abundantes ilustraciones, operaciones para la reconstrucción del rostro (nariz, labios y orejas), como la rinoplastia.
La técnica quirúrgica de Tagliacozzi consistía en limpiar la lesión en la nariz, hacer un corte en el brazo izquierdo del paciente y pegarlo al área que se quería reconstruir. El brazo quedaba en esa posición durante un par de semanas, mientras se regeneraban los tejidos. No hay que olvidar que a pesar del nivel académico del médico, entonces no existían los antibióticos ni los antisépticos, ni la anestesia, por lo que la mortalidad debía ser bastante alta.
Según algunos historiadores, Tagliacozzi aprendió esta técnica de Gustavo y Antonio Branca, sicilianos del siglo XV, quienes a su vez accedieron a este conocimiento a través de personas procedentes de la India que conocían los manuscritos de Sushruta.
Y he aquí otro dato supercurioso: la técnica que hoy en día se adjudica a Gaspare Tagliacozzi tiene su fundamento en la experiencia de un médico cirujano indio, Súsruta o Sushruta, que vivió entre el siglo V y el III a.C. y es autor del Súsruta-Samjita, manuscrito donde se describen intervenciones quirúrgicas como la rinoplastia, pero también extracciones de cataratas y cirugías anales y odontológicas. Súsruta es considerado como uno de los principales fundadores de la medicina ayurvédica.
Como ves, el árbol del conocimiento tiene raíces profundas, hasta el punto de llevarnos de la Italia del siglo XVI a la India del siglo V antes de Cristo, y apenas unos cien años después de Buda. Si te interesó el artículo, lee también Sangrar para curarse: otra locura médica antigua.