En un post anterior te hablamos de 3 infiernos asiáticos, testimoniando el interés humano por saber cómo es el infierno. Hoy visitamos otras religiones y culturas, y otros infiernos, y nos daremos cuenta de que en realidad en todos se sufre, se purifica el alma o sencillamente se habita una vez que la vida nos ha abandonado.
¿Cómo es el infierno? 6 culturas te lo describen
1. Xibalbá
En la mitología maya nombraban así al inframundo. La palabra viene del quiché
Xibalbá que significa “oculto”. Es el reino subterráneo donde rigen las divinidades de la enfermedad y la muerte, Hun-Camé y Vucub-Camé.
En el Popol Vuh de los mayas quiché se narra el ciclo mítico de los gemelos Hunahpú e Ixbalanqué. Pensaban que era un lugar físico, y en el siglo XVI lo ubicaban en la entrada de una caverna, cercana a la comunidad de Alta Verapaz y de Cobán, en Guatemala.
No es propiamente un infierno, sino el inframundo, pues representa la enfermedad y la muerte; a él se desciende por escaleras sumamente empinadas que dan a un río, que recorre barrancos. Después del escabroso recorrido se llega a un cruce de cuatro caminos: rojo, blanco, amarillo y negro, siendo este último el que se dirige a Xibalbá. Allí hay 5 casas, que son la Casa Oscura, donde solo hay tinieblas; la Casa del Frío, donde sopla eternamente un viento frío insoportable; la Casa de los Jaguares, llena de estos animales; la Casa de los Murciélagos, en que miles de ellos revolotean, chillan y gritan; y la Casa de los Cuchillos, en donde sólo hay cuchillos cortantes y afilados.
2. Gehena
Es el infierno judío, y por eso tal vez más conocido por los cristianos. Cómo es el infierno judaico: aquí las almas de los malvados se purifican y suelen permanecer hasta un año, aunque hay algunos tan malos que se quedan por toda la eternidad.
El nombre proviene de un valle cerca de Jerusalén (el valle de Ge Hinnom), que servía de metáfora para la entrada al mundo futuro de castigo. Antiguamente los seguidores del dios Moloc sacrificaron niños en piras funerarias, y desde ese entonces quedó en la imaginación como un lugar profundo y desolado donde las llamas arden eternamente.
3. Duat
Los egipcios también tenían un lugar adonde se dirigían las almas malvadas. En los Textos Antiguos de los Sarcófagos se describe Duat, gobernado por Osiris, el dios de los muertos. En este libro hay un mapa con el recorrido que hay que hacer a través de Duat.
Es un paraje similiar a la Tierra, pero con un lago de fuego y paredes de hierro. Al acercarse a Duat, las almas debían pasar a través de puertas vigiladas por criaturas terroríficas, mitad humanos y mitad bestias, con nombres como “bebedor de sangre que viene del matadero”, o “el que come excrementos de su ano”.
Luego de atravesar las puertas, el corazón del muerto se compara con el peso de una pluma: si es más pesado, su corazón será devorado por el demonio Ammut, y luego deberá enfrentarse a la justicia y sufrir grandes torturas.
4. Tuonela
Para la mitología finlandesa, Tuonela es el reino de los muertos, parecido al Hades griego. Es prácticamente una continuación de la vida en la Tierra pero sombría. Los que iban a Tuonela debían llevar adminículos para sobrevivir, e incluso se les permitía a las personas visitar allí a sus familiares muertos; el viaje, como bien supones, era peligrosísimo y a menudo mortal.
Había que atravesar el río Tuoni, y pedirle ayuda a la doncella de la muerte, Tuonen Tyttö, que a modo de Caronte guía a los fallecidos.
Este río está lleno de serpientes venenosas, pero en Tuonela no se aplica ningún castigo. Es, sencillamente, el lugar donde van los muertos.
5. La Casa de las Mentiras, el infierno del zoroastrismo
El zoroastrismo es una antigua religión que sigue las enseñanzas del profeta Zaratustra o Zoroastro, entre los antiguos iraníes. Existe una polaridad bien-mal, representada por Ahura Mazda, el creador de la vida –y seguida por los espíritus benéficos o ángeles–, y por Angra Mainyu, un demonio destructivo, seguido por los daevas, espíritus malignos o demoníacos.
Después de la muerte, el alma es conducida por la daena (que es la conciencia representada como una doncella) al puente Cinvat, el puente del juicio, que es «más delgado que un cabello y más cortante que una espada».
Si las malas acciones superan las buenas, el puente se inclina y la persona caerá a la Casa de las Mentiras, el lugar del eterno tormento. Esta Casa se describe como un lugar de suciedad repugnante y en donde las almas comen alimentos podridos y son torturadas por sus obras.
En esta religión no se sepulta a los muertos ni en la tierra ni en el mar, porque son considerados “territorio de Angra Mainyu”, y tampoco pueden incinerarse porque son hechos por Ahura Mazda, el bien. Los dejan en las llamadas “torres de silencio”, para que los animales carroñeros los devoren.
6. Niflheim
Es el infierno de la mitología nórdica, el reino de la oscuridad y las tinieblas, rodeado por una niebla perpetua. Allí vive el dragón Nidhogg, que se alimenta de los muertos.
Niflheim es el más profundo y oscuro de los nueve mundos de la mitología nórdica, y afirman que la Tierra se creó cuando el hielo de Niflheim y el fuego de Muspelhein chocaron entre sí.
Aquí viven también los malvados, y es el ancla del árbol del mundo –Yggdrasill–, que sostiene al universo. Se dice que en la parte más oscura del helado Niflheim, en Helheim, reina la diosa Hela con su perro Garm, quien le lleva las almas y las mantiene en constante dolor y tortura.
Ya sabes cómo es el infierno en estas religiones, ¿conoces otros? Para ampliar el tema, te recomendamos La temperatura del infierno.