Seguro has visto en alguna película de espías que a alguien le inyectan un suero de la verdad, y canta todito, sin posibilidad de negarse o de mentir. ¿Pero es cierto, funciona tan radicalmente?
Suero de la verdad, ¿realmente existe algo así y funciona?
Tal vez hayas sentido la tentación de ponerle a alguien –una pareja, un amigo, tu hermano– una pequeña inyección cuyo contenido asegurase que dice la verdad o someterlo al detector de mentiras, para saber a ciencia cierta que no te está mintiendo.
La policía y diversos cuerpos militares y de seguridad también han sentido esa tentación, y la han puesto en práctica, con resultados no siempre concluyentes. Se dice que la CIA lo ha usado en sus interrogatorios. ¿Y qué es lo que pasa con un suero de la verdad, cómo funciona?
En primer lugar, hay que decir que no hay uno solo, es más bien una combinación de distintos fármacos, una especie de cóctel, que aplicado a una persona haría que ésta fuese incapaz de mentir.
En los años 20, en EE.UU., hubo un obstetra que casualmente descubrió que con una fórmula de morfina, cloroformo y escopolamina, las parturientas hablaban muy abiertamente de cosas de las que normalmente no hablarían. Robert Ernest House, que así se llamaba, colocaba esta mezcla a las mujeres durante el parto como anestesia.
Asombrado por esta conducta, aplicó y llevó a cabo investigaciones en pacientes con trastornos mentales, y en 1924 experimentó con el tiopentato de sodio, nombre de su mezcla; al igual que las mujeres durante el parto, los pacientes caían en un estado mental muy singular, más impresionables y dispuestos a revelar aquello que ellos consideraban verdadero.
Según House, las personas a quienes les aplicó la mezcla no fueron capaces de mentir o de ocultar reacciones. Con estos resultados, comenzó a trabajar estrechamente con la policía y con criminólogos, relación que duró 6 años, hasta que murió en 1930. Durante este tiempo, el uso de tiopentato de sodio fue común para determinar la culpabilidad o la inocencia de muchos acusados, a pesar de que la eficacia de este suero de la verdad era bastante cuestionable.
En términos médicos, un suero de la verdad es una serie de medicamentos psicoactivos que alteran la capacidad cognitiva de una persona, de forma tal que se vuelve más susceptible de divulgar información que en circunstancias normales no divulgaría. Pero en ese sentido, el alcohol, por ejemplo, podría servir como suero de la verdad en algunas ocasiones (recuerda: in vino veritas).
Aunque en su origen fue un anestésico, el suero de la verdad desarrollado por House se popularizó en los 50 y 60 como somnífero; forma parte de los barbitúricos, muy adictivos y potencialmente letales y ya no se usa para “sacarle la verdad a la gente”.
Cuando te colocan el suero, hay una zona gris, un “sueño crepuscular” en el que estás consciente y no sientes dolor, y te vuelves “conversador”; después de que el efecto pasa no recuerdas absolutamente nada de lo que dijiste.
El suero de la verdad reduce la inhibición; mentir es un proceso difícil y complicado, y cuando se reprimen las funciones corticales superiores es más probable que digas la verdad, porque es un proceso más sencillo que mantener o elaborar una mentira.
Una de las principales críticas a este método es que bajo la influencia de esta droga, la persona es altamente sugestionable y si bien puede decir la verdad, también es cierto que podría decir lo que el interrogador quiere que diga.
Los estudios que se han llevado a cabo para evaluar su fiabilidad no han cumplido con los estándares científicos requeridos, por lo que su eficacia no está totalmente determinada. Por supuesto que puede haber personas a las que no surta efecto el suero de la verdad, o que no funcione de la misma manera en todos.
De hecho, con otra mezcla llamada Amytal, se demostró que las personas eran capaces de mentir, o de mezclar realidad y ficción. Como el detector de mentiras, el suero de la verdad no es aceptado hoy en día como prueba (ni de inocencia ni de culpabilidad). Y siempre, al menos en Estados Unidos, el acusado debe dar su consentimiento para que se le aplique.
Hoy en día, el tiopentato de sodio se usa en los quirófanos para inducir la anestesia general, y se administra en 34 estados de EE.UU. como la primera fase de la inyección letal (pues una dosis masiva hace que el condenado se duerma profundamente).
¿Te aplicarías algún suero de la verdad, o a alguien que conoces? Si te interesó este tema, tal vez te interese también conocer el método para cazar a un mentiroso.