Seguramente has sentido alguna vez que hay un campo de energía que te rodea y que sirve para avisarte de posibles peligros, y que hasta te protege, como un campo de fuerza. Vendría a ser como si la conciencia de ti mismo fuera más allá de la carne. Este espacio ha sido reconocido por la ciencia desde hace varias décadas, y se denomina “espacio peripersonal”.
Aunque no todas las personas están conscientes de este espacio o campo, los científicos han utilizado un truco, o una ilusión, que puede hacernos conscientes de su existencia.
¿Puedes sentir un campo de fuerza rodeándote?
Alguna vez habrás desviado la cara segundos antes de recibir un pelotazo inesperado o habrás evitado el choque con una rama que aparentemente no habías visto, como si estuvieras protegido por un campo de fuerza. No es así, no existe un campo de fuerza protegiéndote, pero sí un campo de conciencia, o como prefieren llamarlo psiquiatras y neurólogos, un “espacio peripersonal”.
El espacio peripersonal es aquel que rodea nuestro cuerpo y del que el cerebro tiene conciencia. Se supone que cualquier objeto o movimiento que se realice en este entorno será detectado por el cuerpo y generará una respuesta defensiva o de resguardo, como el cierre brusco de los párpados cuando un objeto se aproxima violentamente a la cara, o los movimientos defensivos con los brazos para prevenir una agresión que no se ha visto.
Investigaciones realizadas en primates han mostrado que hay áreas del cerebro destinadas al control del espacio peripersonal, que pueden ser activadas o “engañadas” a través de impulsos eléctricos. Otro estudio recientemente publicado en la revista Cognition describe cómo una ilusión o truco puede mostrarnos la existencia de este campo de fuerza.
La ilusión de la mano de goma es un truco sensorial que consiste en colocar una mano artificial al lado de la mano real del voluntario, que queda fuera de su vista; inicialmente se pasan dos pinceles por las superficies de ambas manos, pero luego se deja de pasar por la mano real, y sin embargo es muy probable que el voluntario siga “sintiendo” el pincel que se continúa pasando sobre la mano de goma.
La ilusión muestra que la sensación se produce en la cabeza y no en la mano, y que nuestro sistema nervioso puede ser engañado.
Un equipo de investigadores del Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia), coordinado por Arvid Guterstam, probó una variante de este truco en un centenar de voluntarios. Comenzaron repitiendo la ilusión clásica, pero luego comenzaron a pasar el pincel un poco por encima de la mano de goma, sin tocarla, logrando que un alto número de participantes sintieran la presencia del campo de fuerza, es decir, del espacio peripersonal, que aparentemente se extiende hasta unos treinta centímetros alrededor del cuerpo.
Naturalmente, este experimento también pone en evidencia que la sensación de este campo de fuerza está en nuestra mente, pero igual sirve para protegernos de posibles impactos, reales o imaginarios. Tampoco debes confundir este espacio con el de la interacción social, que varía entre las distintas culturas y que a veces produce malentendidos, como en ocasiones sucede entre latinos y anglosajones.
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