El síndrome de la cabeza explosiva, se da justo después de acurrucarte en la cama, apagar las luces y de prepararte para una noche de sueño, se oye una explosión masiva. Una explosión tan fuerte que te despierta de tu inminente sueño, enviando una onda de choque a lo largo de tu cuerpo. Pero abres los ojos, y aparte de tu corazón palpitante, no hay nada haciendo ruido. No hay armas de fuego, fuegos artificiales o bombas. ¿Qué ha sido entonces?
EXISTE: El síndrome de la cabeza explosiva
Este tipo de alucinación nocturna es un trastorno del sueño llamado síndrome de la cabeza explosiva. No se acerca tanto a la idea de la cabeza de un hombre explotando en un lío de sangre y sesos. Este trastorno es, afortunadamente, mucho más suave que eso. En realidad es sólo un tipo relativamente inofensivo de parasomnia. Los afectados por el síndrome de la cabeza explosiva escuchan sonidos repentinos imaginarios que parecen originarse en el interior de la cabeza. Pero no hay dolor asociado con el trastorno, aunque la persona se despierta muy asustada y confundida.
Los episodios de este trastorno pueden continuar durante muchas noches, y a veces varias veces en una sola noche. O pueden ir y venir, y luego se detiene por completo por alguna razón desconocida. Y esa no es la única incógnita acerca de esta condición. Pero por extraño que pueda parecer, al ser bastante inofensivo, no se han realizado muchas investigaciones sobre las causas y los tratamientos para el síndrome.
El síndrome fue descrito por primera vez en unos pocos casos de estudio médico realizados por un médico llamado Silas Weir Mitchell en 1876. El nombre de la enfermedad no fue acuñado hasta mucho más tarde por J.M.S. Pierce en 1988, pero Mitchell describe los síntomas como «descargas sensoriales» que más tarde fueron descritas en una revista clínica en 1920 como un «chasquido del cerebro».
Un estudio de 2015 de 211 estudiantes mostró que el 18 por ciento había experimentado la sensación. Este número está probable inflado, sin embargo. La estimación más conservadora sostiene que solo cerca del 11% de las personas sanas han tenido que lidiar con el síndrome.
Aunque el nombre invoca algunas imágenes bastante espeluznantes, como explicamos, el síndrome de la cabeza explosiva es bastante benigno y generalmente no requiere tratamiento. De hecho, uno de los mejores tratamientos se da cuando los médicos aseguran a los pacientes que la condición no es un síntoma de algo grave. Al oír estas garantías, algunos pacientes han entrado en remisión.
Para tratarlo, los médicos normalmente sugieren una mejor higiene del sueño para el paciente. Esto incluye prácticas como mantener un horario regular de sueño; asegurándose un dormitorio tranquilo y oscuro; eliminando el alcohol y el café después de las cinco de la tarde; la restricción de la siesta; no leer o ver la televisión en la cama y embarcarse en una rutina de ejercicio por la mañana. Por el lado de la medicación, se sabe que los antidepresivos tricíclicos y los bloqueadores de los canales de calcio ayudan a algunas personas. Y luego está el consejo que puede ayudar a la mayoría: ¡Reducir el estrés y aprender a relajarse!
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