Puede que un día, por unas anginas o un dolor en la garganta, hayas observado unas bolitas blancas que parecen incrustadas en ella y te hayas preguntado: ¿Qué son esos bultitos? ¿Son peligrosos? ¿Son síntoma de alguna enfermedad? ¿Debo visitar al médico?» Vamos a responder a la cuestión de qué son esas bolitas blancas en tus amígdalas.
¿Qué son esas bolitas blancas en tus amígdalas?
Esas bolitas blancas se llaman «Tonsilolitos» y son completamente normales. Muchísimas personas los tienen. Se las conoce también como «piedras de las amígdalas» y no son más que calcificaciones que se forman en las grietas que tenemos en las amígdalas del paladar. También es posible encontrarlas en la propia garganta o en la parte superior de la boca.
Nuestras amígdalas no tienen una superficie uniforme, sino que están llenas de criptas o grietas en las que muchas veces quedan atrapados tanto bacterias como restos de alimentos, moco o células muertas. Estos residuos se concentran y endurecen formando estas «piedras» blancuzcas en las amígdalas. Los tonsilolitos están compuestos de algunas sales de calcio como el carbonato cálcico, oxalatos y sales de magnesio en otras sustancias. Suelen medir menos de 1 centímetro, aunque se han dado casos de cálculos de hasta 2’5 centímetros no en las amígdalas, sino en zonas próximas.
Las personas que tienen más posibilidades de sufrir esta afección son aquellas que padecen una inflamación crónica de esa zona o tienen con mucha frecuencia amigdalitis o goteo post-nasal. Otra de las posibilidades que barajan los médicos es que en su formación contribuya las secreciones purulentas derivadas de esas amigdalitis crónicas. La edad más frecuente en que se forman es la adolescencia y tanto en la infancia como en la edad adulta es mucho más raro encontrarlas. Pueden permanecer ocultas a la vista durante años y ser descubiertas en una exploración más a fondo de la garganta o en una radiografía o tomografía.
En general no son peligrosas, pero sí pueden causar molestias si son de gran tamaño. Los efectos secundarios que pueden producir son: halitosis (mal aliento), dolor al tragar, un sabor metálico en la boca, estrechamiento en la garganta, dolor de oídos y en algunos casos tos y sensación de asfixia. Normalmente no necesitan tratamiento alguno, sólo en casos en que persiste la infección pueden ser necesarias irrigaciones o gárgaras (bajo control médico) y para resolver los procesos más complicados, los médicos recurren a la eliminación por raspado, el tratamiento láser o incluso la cirugía.
Así que si te ves esas bolitas blancas en tus amígdalas, en principio puedes estar tranquilo, no es una enfermedad grave, sino una afección mucho más común de lo que te piensas.
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