Cuando entramos en una pinacoteca o vamos a ver una exposición, solemos hacerlo con la inconsciente expectativa de que aquello que veremos producirá en nosotros sensaciones positivas. Sin embargo, los aficionados al arte saben que no siempre es así, en unos casos porque el autor quiere remover nuestra conciencia y en otros porque reflejan simplemente el alma atormentada del autor. Ante algunas obras de arte lo que sentimos está más próximo al horror que a ningún otro sentimiento. A pesar de reconocer que las selecciones siempre son subjetivas, hemos escogido estos cuadros como las 5 obras más terroríficas de la historia de la pintura. ¿Coincides con nosotros? ¿Cuáles añadirías?
Las 5 obras más terroríficas de la historia de la pintura
1. La tentación de San Antonio (1512-1516) de Matthias Grunewald
Es una escena representada en un panel lateral del Retablo de Isemheim que se encuentra en el Museo de Unterlinden en Colmar (Francia).
Siguiendo el relato de San Atanasio al que San Antonio habló de sus tentaciones, Grunewald pintó esta obra. En ella una serie de personajes demoníacos intentan atrapar al santo. Brazos, piernas, picos, bastones, todos sobre san Antonio, mientras a la izquierda un pobre enfermo de vientre hinchado y lleno de pústulas yace perdida ya toda esperanza. Terrofífico.
2. El desollamiento de Marsias (1570- 1576) , Tiziano
Marsias era un sátiro que desafío a Apolo. Marsias perdió el duelo y Apolo ganó el poder hacer con él lo que quisiera. Marsias fue desollado en una cueva por su atrevimiento al desafiar a un dios.
Midas contempla la tortura mientras un perro lame la sangre del desollado. Con la utilización de luces doradas y tonalidades limitadas Tiziano consigue una atmósfera dramática.
3. Saturno devorando a un hijo (1819-1823) Goya
Este creo que es el cuadro que a todos nos viene a la memoria cuando pensamos en una pintura terrorífica. Oleo sobre revoco es una de la Pinturas Negras de la Quinta del Sordo. Fue trasladado a lienzo. Se conserva en el Museo del Prado.
Representa a Crono (Chronos) o Saturno (es indistinto) devorando a uno de sus hijos ya que por temor a ser destronado se los comía. El hijo está representado como un adulto y su cuerpo mutilado es el tema central. La iluminación y el encuadre hacen que centremos la mirada en los ojos y la boca ensangrentada del dios y en su víctima.