Las obras de arte, en ocasiones, ocultan secretos que únicamente un entendido o un extraordinario observador puede detectar. La pintura de Piero di Cósimo titulada «La muerte de Procris» o «Duelo de un sátiro sobre una ninfa», no es lo que parece. El profesor Michael Baum, médico especialista en cáncer de la Universidad de Londres y amante del arte lo descubrió. Nadie lo sabía pero esta obra oculta un brutal asesinato y el doctor se lo mostró a sus alumnos.
Nadie lo sabía pero esta obra oculta un brutal asesinato
En 1495, Piero di Cósimo pintó esta extraordinaria obra. En ella queda reflejada una escena de una historia explicada por Ovidio en su obra «La Metamorfosis». Procris, hija del rey de Atenas, muere accidentalmente a manos de su esposo, el cazador Céfalo, que la confunde con una bestia y la alcanza por error con su lanza. En la imagen vemos a un sátiro llorando la muerte de Procris. Lo curiosos de la obra es que las heridas evidentes que presenta Procris, no se corresponden con un lanzazo, y así lo detectó el profesor Michael Baum.
Cada año, este médico, profesor en la Universidad de Londres, lleva a sus alumnos de medicina a la «National Galery». Con esta salida, aparentemente cultural y alejada de la ciencia médica, quiere enseñarles cómo el avance del conocimiento científico y médico alumbra con una nueva perspectiva algunas obras de la pintura clásica y a la vez ésta, puede dar a los jóvenes médicos puntos de vista diferentes que pueden ayudarles en sus futuras carreras.
Para el Dr. Baum en el cuerpo de la mujer que representa a Procris no hay a la vista ninguna herida que se corresponda con una lanza y si varias que indican que fue asesinada. La primera evidencia son las señales que presenta en las muñecas y en las manos, para Baum son claramente heridas defensivas. La mujer fue atacada y se defendió con las manos y los antebrazos. La segunda es la posición en que tiene la mano izquierda, que los cirujanos conocen en ingles como «the waiter’s tip» (la propina del camarero). La mano está flexionada hacia abajo y los dedos enroscados. En esta posición queda la mano cuando ha habido una lesión profunda que ha afectado a la médula espinal en las vértebras C3 y C4, que son las que quedan a la altura del cuello.
La tercera es la herida que la mujer presenta en la garganta, Baum ve en ella una incisión que puede haber afectado las vértebras antes mencionadas y causado la muerte. De todo ello deduce que la mujer fue atacada, que ella se defendió como pudo y que finalmente su asesino le asestó un tajo en el cuello que entre otras cosas afectó las vértebras cervicales, matándola.
Esto no quiere decir que el cuadro no represente a Procris, sino que posiblemente, como hacían muchos pintores de la época, Piero di Cósimo acudió al depósito de cadáveres a buscar el cuerpo de una mujer joven que pudiera utilizar como modelo. En el momento de plasmarla en el lienzo, pintó las señales que observó en la difunta y, siglos después, el Dr. Baum ha descubierto que la mujer representada fue brutalmente asesinada.
Como veis las señales han estado a la vista de todo el mundo, la obra oculta un brutal asesinato, pero sólo un observador extraordinario ha podido detectarlo. Si te interesan los secretos ocultos en obras de arte, no dejes de leer nuestro post: 3 obras de arte que ocultaban un secreto.