A lo largo de la historia de la humanidad hay abundantes ejemplos de casos de canibalismo. Entre los asesinos en serie también existen casos en los que éstos devoraban después partes del cadáver. Karl Denke alimentaba a sus vecinos. El «caritativo» asesino que fabricaba salchichas con sus víctimas.
El «caritativo» asesino que fabricaba salchichas con sus víctimas
Karl Denke nació en 1870 en un pueblo de la Baja Silesia, perteneciente a Prusia y actualmente en Polonia. No habló hasta los 6 años y fue un pésimo estudiante. Huyó de casa a los 15 años y realizó varios trabajos hasta que a los 25, a la muerte de su padre, heredó una considerable cantidad de dinero y se compró una casa en el pueblo de Münsterberg.
En la comunidad era una persona muy apreciada, asistía con frecuencia a la iglesia donde tocaba el órgano y era muy servicial. No bebía, no iba con mujeres y acogía en su casa a gente necesitada, en el pueblo lo conocían como «padre Denke».
Debido a la inflación, después de la Primera Guerra Mundial, perdió sus ahorros y se vio obligado a vender la casa, pero le permitieron permanecer como inquilino en un apartamento de la planta baja.
Durante esa época hubo en la zona una gran hambruna a causa de la escasez de alimentos y también se echaban en falta artículos de primera necesidad. Denke, hombre caritativo, entregaba con frecuencia alimentos a las personas que lo necesitaban. Éstos solían consistir en salchichas y conservas caseras de carne. Incluso llegó a tener una autorización del gremio de carniceros para procesar carne de cerdo.
Subsistía vendiendo artículos de cuero como cinturones y tirantes en un pequeño puesto del mercado y su tienda siempre estaba bien surtida, aunque nadie sabía de donde sacaba el género.
El 21 de diciembre de 1924 un vagabundo acudió a la policía de Münsterberg con una gran herida en la cabeza explicando que Denke lo había atacado con un hacha. Personados en la casa de Karl, este les dijo que el mendigo había intentado robarle y por eso lo había atacado. Para aclarar los hechos se lo llevaron a la comisaría y lo dejaron en una celda. Al día siguiente apareció ahorcado: se había suicidado.
Los agentes acudieron a su casa y descubrieron en ella una pequeña fábrica de procesamiento de carne. Restos de huesos, carne en salmuera, tarros de grasa y piel estirada. En un armario encontraron gran cantidad de ropa ensangrentada y muchos documentos de identidad. La mayoría pertenecían a personas recién salidas de la cárcel o del hospital que Denke acogía en su hogar. Horrorizados enviaron a analizar las muestras y el resultado fue que se trataba de carne, huesos y piel humana. Se calcula que por lo menos asesinó a 40 personas en 3-4 años, 20 de las cuales fueron identificadas.
Esta es la historia verídica del caritativo asesino que fabricaba salchichas con sus víctimas. ¡Realmente espantoso! Si quieres conocer otros casos de asesinos en serie, puedes leer el post: Henri Désiré Landrú, el Barba azul de París asesino en serie.