«Empatía», quizá una de las palabras más de moda últimamente pero, ¿sabemos realmente lo que es? En la mayoría de las ocasiones, se usa como sinónimo de estar en sintonía con alguien. Sin embargo, no se trata exactamente de eso. No hablamos tanto de tener cosas en común, como de entendernos, las tengamos o no. Por la confusión que hay entorno a ella y porque constituye una cualidad muy valiosa, queremos explicarte cómo ser empático con unos sencillos consejos.
5 claves para saber cómo ser empático
1. Entiende que tu experiencia no es su experiencia
Muchas veces alguien viene a vernos para contarnos algo que le atormenta. Nos ha elegido a nosotros porque sabe que hemos pasado por un acontecimiento similar y espera comprensión.
Sin embargo, es habitual que no consigamos ayudar, ¿por qué? Porque queremos que los demás piensen y sientan lo mismo que nosotros ante un mismo hecho. Error. Tu bagaje, tus experiencias previas, tu relación con la persona que suscita el problema no es la misma que la de tu interlocutor. Por ello, para ser empático, lo apropiado es intentar imaginar, a través de la escucha, qué siente él.
2. No infravalores sus sentimientos
Aunque los dos hayáis superado lo mismo, la reacción del otro puede parecernos desmedida. No se lo hagas notar. Las emociones de cada uno son de cada uno. Quizá tu vida ha sido más dura que la de la otra persona y, como resultado, tu capacidad para relativizar las cosas es mayor.
3. Si aconsejas, deja claro que es tu visión, no un imperativo
Siguiendo con el ejemplo de antes, sabemos que cuando alguien decide hacernos una confidencia, también busca un punto de vista diferente. Uno elaborado a partir del proceso descrito arriba. Por ello, es bueno que aconsejes, pero cuida el tono. Deja claro que se trata de una alternativa a su actitud, por un lado, y que no estás juzgando la suya, por otro. Solo sugieres otra manera de hacer las cosas.
4. Pregunta con respeto
Escuchar en silencio no siempre es suficiente. Preguntar y saber hacerlo es necesario. Te sugerimos que la profundidad de tus interrogaciones vayan de menos a más: así sabrás hasta dónde puedes llegar. Esta estrategia servirá para mostrar interés, pero también para comprender aquello que no comprendes del todo.
Encuentra factores que tu interlocutor ha pasado por alto, pero que te son necesarios para ponerte en su piel.
No te preocupes, no se sentirá invadido, si sigues las instrucciones que te hemos dado.
5. Vigila tu actitud corporal
El lenguaje corporal es muy importante. Hay personas que creen que lo mejor es mirar a los ojos, pero si lo haces constantemente puede resultar intimidatorio. En este sentido, te recomendamos fijar la atención en todo el rostro. Acompaña la mirada con una postura de recepción: no cruces los brazos y manténte incorporado y si la ocasión lo requiere, puedes buscar un cierto contacto físico.
Como ves, para aprender a cómo ser empático tienes que partir de la base de que no se trata de ti. Estás ahí para el otro y, por tanto, tienes que partir desde él y no al revés. No proyectes tus concepciones en otros. Cada uno tiene sus propias circunstancias, ¿te reconoces en algunas de estas actitudes? ¿fallas en otras? ¿crees que fallas pero no sabes aún por qué? Cuéntanoslo.
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