A los días invernales les arropa un aire de melancolía tan profuso, que incluso a los más entusiastas les ha llegado a influir en el ánimo. La gente se resguarda en sus hogares, por lo que se amplía el tiempo para la inactividad, la introspección y el aislamiento.
Precisamente por esto resolveríamos que es en días grises donde más personas deciden ponerle fin a sus vidas. Pero aunque parezca contradictorio, las cifras hablan sobre otra estación que pocas sospechas despierta, en parte por la atmósfera de ensueño que le caracteriza. Según los índices, hay más suicidios en primavera. ¿Por qué?
¿Por qué hay más suicidios en primavera?
De acuerdo a datos de la Federación Mundial de la Salud Mental, casi un millón de personas se quita la vida cada año. Una suma preocupante que ha ocupado a especialistas a estudiar el fenómeno desde distintos ángulos, para reducir la tasa de mortalidad.
Factores como la influencia estacionaria en este tipo de muertes no dejan de discutirse. En efecto, varios estudios relacionan al invierno con la desmejora del estado anímico a causa de la reducción de producción de la serotonina, un neurotransmisor que regula el humor.
Sin embargo, partiendo de este hecho en concreto, los expertos se han replanteado nuevas teorías para responder por qué a pesar de que los niveles de serotonina incrementan en verano, hallaron que 60% de los suicidios tienen lugar en primavera y no en invierno como se creía.
Sí, es inesperado. Son mayo y junio los meses en los que más personas toman sus propias vidas, las cuales se estima que 90% de ellas tengan problemas de salud mental. A esto argumenta Chris Thompson, director de salud en el grupo del Priorato en Gran Bretaña, que, aunque irónico, la remisión parcial que la mayoría de los pacientes con depresión experimenta en la primavera, a menudo les proporciona el impulso de energía necesario para ejecutar un plan de suicidio. Los vuelve más determinados.
Además, Thompson agrega a su planteamiento que este efecto primaveral con el que la mayoría de las personas siente el estímulo de comenzar de nuevo, de disfrutar del mundo exterior y emprender nuevos retos por la energía que se mueve en estas épocas, para quienes sufren de depresión todo ello resulta demasiado abrumador. El motivo es que mientras contemplan que el mundo literalmente florece a su alrededor, los clínicamente deprimidos se sienten desencajados, estériles en el interior, profundizando en el peor de los casos pensamientos radicales.
Otros especialistas teorizan que, si bien la luz solar estimula la producción de la hormona reguladora del ánimo, este mismo químico es también motivador de conductas agresivas debido al sobreestímulo que genera. Y en el caso de quienes padecen de depresión, cabe la posibilidad de que pudieran conducir toda esta agresividad a sí mismos.
El debate en torno a por qué hay más suicidios en primavera permanece abierto, lo cual abre espacio para que se entienda a profundidad la depresión, uno de los trastornos más frecuentes en el mundo. Todo esto en vía de encontrar tratamientos más efectivos. Algunos psiquiatras han llegado a considerar la inhibición de la melatonina, una hormona que influye en los cambios mentales y en el comportamiento, en temporada primaveral, como uno de los detonantes de los suicidios durante esta estación.
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