Seguro que lo has visto cientos de veces; dos hormigas que se encuentras y acercan sus antenas y en algunas ocasiones también las cabezas de manera que parece que sus bocas se tocan y se dan un beso, pero ¿sabes por qué se besan las hormigas? ¿Es realmente un ósculo o esconde otra función? ¿Son las hormigas las únicas que realizan este acto?
Por qué se besan las hormigas
En la Tierra existen cerca de 15.000 especies de hormigas descritas, aunque se cree que puedan ser muchas más. La rama de la entomología que las estudia se conoce como «mirmecología» y ha descrito muchos comportamientos comunes a todas las especies de hormigas. Entre ellos el acercamiento bucal entre hormigas que ya fue descrito y estudiado en 1918 por el entomólogo William Morton Wheeler . Wheeler descubrió que en este contacto los insectos intercambiaban fluidos. A este acto lo llamó «trofalaxis» o «trofalaxia». En un principio creyó que lo que pasaba de una hormiga a otra era comida, pero intuyó que había algo más y que podía ser una manera de comunicarse.
Estudios recientes han descubierto mucho más. En este contacto, además de nutrientes, comparten otras sustancias como las feromonas, y esto ocurre no solo entre dos adultos, sino también entre adultos y larvas. Una sociedad tan compleja como la que forman las hormigas necesita que sus miembros de una u otra manera sean capaces de comunicarse.
La trofalaxis es una forma de comunicación química. En las hormigas estudiadas por el equipo que encabeza la Universidad de Laussana se ha observado que en ese «beso» se transmiten ácido ribonucleico que les permite identificarse como miembros de una misma colonia. También han constatado que cuando ha habido contacto entre adultos y larvas, estas últimas tienen muchas más posibilidades de sobrevivir, ya que el adulto le ha traspasado con el alimento una hormona que la ayudará en su desarrollo. Los últimos estudios están encaminados a averiguar si a través de la trofalaxis se ejerce un control en el crecimiento de la colonia que se adapte a las necesidades de cada momento.
Las hormigas no son los únicos insectos que utilizan la trofalaxis. La abejas también lo hacen y otros como las termitas se sirven del contacto boca-ano para realizar funciones similares. Seguro que la próxima vez que veamos hormigas u otros insectos «besándose» no pensaremos que se quieren, sino que podremos afirmar con total seguridad que se trata de trofalaxis.
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