A partir de enero de 2018, una granja de la Antártida comenzará a cultivar alimentos en uno de los climas más hostiles del mundo con la finalidad de empujar los límites de la agricultura y desarrollar métodos que funcionen en el planeta Marte.
Agricultura en Marte podría ser posible gracias a una granja de la Antártida
Los investigadores de la estación de investigación Antártica alemana, Neumayer III, comenzarán a cultivar tomates, lechugas, hierbas, pimientos, pepinos, acelgas, rábanos e incluso fresas dentro de un contenedor de transporte de clima controlado.
Aunque existen otros jardines interiores en la Antártida, la instalación de prueba móvil EDEN ISS será la granja de interior más avanzada del continente, un experimento destinado a impulsar los límites de la agricultura interior, para probar la tecnología que pueda resistir una larga misión a Marte.
En el estante de hielo de Ekström, en el sector atlántico, el invernadero tendrá que sobrevivir las temperaturas frías de la Antártida, el invierno largo y oscuro y la humedad extremadamente baja. Desde el exterior es una estructura simple, solo dos contenedores de 6 metros colocados de extremo a extremo. Pero en el interior se esconde un oasis de alta tecnología capaz de producir 300 kilogramos de productos al año.
Ajustar la operación para el espacio es uno de los objetivos principales del proyecto. El experimento les permitirá determinar cuánto tiempo se necesita para cuidar el jardín.
El jardín interior se basa en un sistema de cultivo sin suelo llamado aeroponía. El sistema, inventado por primera vez en la década de 1920, pero mejorado por la NASA en la década de 1990, es extremadamente eficiente en el uso de agua, necesitando un 98 por ciento menos de agua que los jardines basados en el suelo. Las plantas crecen en bandejas en bastidores, con sus raíces suspendidas dentro de una cámara protegida que impide que entre luz. A intervalos regulares, las raíces colgantes se espolvorean con agua fina y neblina rica en nutrientes. Cualquier agua no absorbida por las raíces es capturada y recirculada.
Los sensores monitorizan los niveles de nutrientes y proporcionan datos a una computadora que analiza la mezcla y la ajusta de acuerdo con las plantas que se cultivan y su etapa de crecimiento.
Las cámaras también hacen un seguimiento del crecimiento de la planta, mientras que otros sensores capturan los niveles de temperatura, humedad y dióxido de carbono, que son transmitidos a una computadora que mantiene los niveles ideales con precisión. Los filtros de aire mantienen el ambiente libre de bacterias y hongos, mientras que una luz ultravioleta ayuda a esterilizar el aire y matar a cualquier organismo que no esté atrapado en el filtro. Debido al ambiente estéril, no se requieren insecticidas ni pesticidas.
Con los avances que logre este proyecto, el sueño de una colonia humana en el gigante rojo podría hacerse realidad.
¿Qué te parece esta especial granja de la Antártida? ¿Será nuestro futuro?
Imágenes: WikiImages/ EDEN ISS