Quizá a muchos de vosotros os suene el nombre de Abe no Seimei ya que al igual que el mago Merlín es una figura legendaria que ha protagonizado gran cantidad de novelas, películas e incluso videojuegos. Siempre es un personaje sabio que se coloca al lado del bien. A diferencia del mago europeo, del japonés sabemos que realmente existió. Vamos a descubrir la historia de esta celebridad: Abe no Seimei, el hechicero japonés comparado con Merlín
Abe no Seimei, el hechicero japonés comparado con Merlín
Abe Seimei, nació en Japón se cree que en el año 921 y murió en 1005. Fue un famoso y reconocido especialista en onmyōdō, una manera de ver el mundo que mezcla las ciencias naturales y el ocultismo. Fue consejero de varios emperadores durante la Era Heian. Para ellos, hacía calendarios, predicciones astrológicas y aconsejaba en todos los asuntos del reino que necesitaran de auxilio espiritual para discernir la manera más ética de solventar los problemas. Vivió muchos años gozando de una muy buena salud, lo que contribuyó a fomentar su aura mágica.
Las leyendas entorno a su persona empiezan tras su muerte. Como en el caso de Merlín en Europa, van apareciendo a lo largo de los siglos historias que colaboran a hacer de él un ser legendario. Para explicar sus especiales dotes como mago se tejió un bonito mito entorno a su nacimiento: era hijo de un zorro que se convirtió en mujer.
Abe no Yasuna, era un noble japonés que paseaba un día por los jardines de un templo cuando se encontró frente a un zorro que venía huyendo de un grupo de cazadores que querían darle muerte. El animal miró fijamente a Abe no Yasuna que vio una súplica en sus ojos. Abrió los pliegues de su túnica y lo escondió entre ellos. Pasado un tiempo el noble contrajo matrimonio con una princesa llamada Kuzunoha (Kuzunoha-hime). Tuvieron un hijo al que llamaron Abe no Doshi que más tarde sería conocido como Abe Seimei. Pero la felicidad de la familia no duraría mucho, ya que se descubrió que la princesa Kusunoha era en realidad una «kitsune», un espíritu de zorro, en concreto del zorro que había salvado Abe no Yasuna convertido en mujer. Con gran dolor para los tres, Kusunoha fue obligada a regresar al bosque en su forma primitiva. Sin embargo, gracias a ella, su hijo poseía esos poderes que le hicieron el hechicero más importante de Japón.
Otra de las leyendas nos habla de su enfrentamiento con otro mago llamado Doman. Ambos se batieron en un duelo adivinatorio. Doman había hecho trampas. Compinchado con el juez del enfrentamiento, sabía que dentro de la caja cuyo contenido debían adivinar habrían 15 mandarinas. Abe Seimei se enteró del engaño y convirtió la fruta en 15 ratas. Doman perdió el torneo que pensaba tener ganado y sufrió una humillante derrota.
Si viajáis a Kioto podréis visitar un santuario dedicado a la persona de Abe no Seimei que se encuentra en el lugar en el que el singular personaje tuvo su casa.
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