En Supercurioso visitamos el mundo del manga y el anime al presentamos 7 curiosidades sobre Dragon Ball. En esta ocasión queremos quedarnos en estas producciones de ficción de origen nipón que siempre cuentan con curiosidades como la que te presentaremos hoy. ¿Te suenan los términos «waifu» o «husbando«? Acompáñanos a conocerlos.
Cuando el amor vincula realidad y ficción
Sin duda, como vimos en el artículo «10 mandamientos de los amantes de los libros«, es fácil sentirse atraído por un personaje de ficción. Están hechos para ello, ¿no? Son héroes y heroínas con los que pasamos mucho tiempo y que han sido creados para que nos cautiven.
Lo mismo puede ocurrirnos con personajes de película, cómic, videojuegos o de dibujos animados. Pero, ¿y si esa «atracción» fuera algo más? ¿Algo más parecido al verdadero amor?
Ella se convierte en tu «Waifu» y él en tu Husbando
A principios del 2000 se crearon los conceptos, surgidos del inglés, «waifu» (parecido a wife, esposa en inglés, pero transcrito con pronunciación japonesa por su origen) y «husbando» (parecido a husband, esposo en inglés pero transcrito con pronunciación japonesa por su origen).
Los fans del anime empezaron a usar estos términos para referirse, atención, a aquellos personajes que no sólo les despertaban deseo, si no que consideraban suyos a un nivel emocional, eran sus «parejas ideales». Los amaban, en definitiva.
Casos no aislados
Quizá estos casos te resulten muy extraños, pero analizados psicológicamente tienen perfecto sentido según el psicólogo clínico Robin Rosenberg. El Dr. Rosenberg (California) ha investigado estos casos y asegura que el factor fantasía es básico para este tipo de atracción.
De hecho, asegura que «Incluso si un monigote tuviera características y personalidad humanas, seguramente podríamos encapricharnos con él».
¿Por qué? Simplemente porque, generalmente, cuando nos gusta alguien nos basamos en sus cualidades, las que conocemos. Respecto a lo que no conocemos, es fácil que sin querer rellenemos estos «vacíos» con aquello que nos gustaría ver en esa persona o personaje. Esto es muy típico respecto a los personajes de ficción, ya que uno nunca se llega a relacionar de modo directo con los personajes. Aunque también sucede en los de «enamoramiento» con celebridades, que difícilmente llegaremos nunca a conocer en persona.
¿Qué hacen estos enamorados si no pueden formalizar esta relación? Comprar merchandasing de sus «waifus» o «husbandos» rellenando su vida con la presencia de este amor. Por otra parte, Rosenberg señala que este amor quizá no es sólo un encaprichamiento, si no también una forma de identificarse, de mostrar a tu comunidad cómo sería tu pareja ideal. Por lo que, destaca, no se trata de algo tan raro, sino de algo completamente normal que nos ayuda a expresarnos, siempre y cuando no se lleve a acciones algo extremas como la que te contaremos seguidamente.
La primera boda con un avatar
En 2009 la CNN informó e hizo un reportaje sobre el primer hombre casado con un avatar, un personaje ficticio, en este caso de videojuego. El personaje elegido fue «Nene», una jovencita de estética anime del juego de NINTENDO DS «Love Plus». Su dueño, Sal 9000, un japonés de 27 años, decidió formalizar su relación casándose con ella. Aunque no legal o físicamente, Sal 9000 considera que es la mejor forma de expresar su vínculo con Nene, ya que tampoco siente la necesidad de estar con una mujer real y ella es la pareja que siempre ha querido tener.
No obstante, aunque nos resulta realmente extraño, Hiroshi Ashizaki, experto en Internet y adicción a los videjouegos, asegura que el caso de Sal en realidad no es tan extremo, ya que él puede comunicarse con gente que no esté al otro lado de una pantalla y celebrar una «boda», siendo consciente de su poca consistencia. Un caso extremo sería el de aquellas personas que, por desgracia, se centran tanto en este amor surgido de la ficción y en esa otra realidad, que se abstraen totalmente hasta olvidar sus capacidades sociales en nuestro mundo. Terrible.
Para terminar, debemos señalar que, para la mayoría, el hecho de tener una «waifu» o un «husbando» no excluye el hecho de tener otra pareja. Se trata de un ideal, algo que puede ocurrirle a cualquiera y que, no obstante, resulta muy curioso.
¿Habías oído hablar alguna vez de estos casos?
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