De todos es sabido que los canes tienen una capacidad olfativa muy superior a la del ser humano. Esta habilidad resulta muy útil para realizar tareas de rastreo en terremotos, accidentes, etc. y también en la detección de substancias ilegales o peligrosas como ayuda de los cuerpos policiales. Sin embargo, ¿sabías que para algunas cosas tu olfato es mejor que el de un perro?
Para algunas cosas tu olfato es mejor que el de un perro
El olfato humano no es tan pobre como se suponía. En 2007, algunos neurólogos de UC Berkeley realizaron un curioso experimento con un grupo de estudiantes para comprobar las posibles habilidades de «la nariz» humana. Les taparon los ojos y arrodillados como si fueran canes se les dio a oler un hilo sumergido previamente en esencia de chocolate. Sorprendentemente los voluntarios fueron capaces, en muchos de los casos, de seguir el rastro. Después de intentarlo varios días, los estudiantes mejoraron notablemente sus capacidades rastreadoras. La conclusión del estudio fue que aunque no son tan efectivos como los perros, los humanos somos capaces de seguir un rastro y que esta habilidad mejora con la práctica.
El neurocientífico sensorial de la Universidad de Rutgers, John McGann, ha realizado un profundo estudio sobre la capacidad olfativa de los humanos y ha concluido que arrastramos una idea equivocada desde hace más de 150 años. En el siglo XIX, el científico Paul Broca comparó los bulbos olfativos de varias especies con el tamaño de sus cerebros y afirmó que debido a la menor proporción del de los humanos, su olfato debía ser peor. En realidad, el bulbo olfativo humano es pequeño respecto al cerebro, pero sus capacidades globales no son menores que las de muchos mamíferos.
Matthias Laska , zoólogo de la Universidad Sueca de Linköping, ha ahondado también en este interesante tema y ha realizado comparativas que le han llevado a demostrar que cada especie es capaz de sobresalir detectando y rastreando un tipo determinado de olores. Los humanos son especialmente susceptibles a los componentes químicos de los plátanos, las flores, la sangre y en ocasiones la orina.
Esta diferenciación de habilidades olfativas puede deberse a que cada especie, por motivos de subsistencia se ha especializado en aquellos olores que le resultan útiles. Así, los perros no son buenos detectando olores de flores y frutas porque no lo han necesitado evolutivamente y sí son extraordinarios para los ácidos carbólicos que son un componente del olor corporal y que les ayudaría a rastrear una posible presa.
La conclusión es que el sentido del olfato de los humanos no es en general tan bueno como el de los canes, pero para determinadas substancias es sensiblemente mejor.
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