Dormir, soñar, despertar…son actividades que realizamos a diario pero que implican una complejidad mucho mayor de lo que a simple vista parece. En Supercurioso hemos hablado de trastornos del sueño y de algunos fenómenos que ocurren a muchas personas mientras duermen como las Sacudidas o espasmos antes de dormirte. En esta ocasión nos hemos acercado a otro de estos trances que pueden ocurrirnos al irnos a dormir, son las Alucinaciones hipnagógicas: entre la vigilia y el sueño. ¿Te ocurre?
Alucinaciones hipnagógicas
Las alucinaciones hipnagógicas son aquellas que se producen poco antes de iniciarse el sueño. Pueden ser visuales, auditivas y/o táctiles. El nombre fue acuñado por Alfred Maury (1817-1892), médico y académico francés que hizo profundos estudios sobre el sueño en el siglo XIX, para hablar de una situación que se produce en el momento del transito entre vigilia y sueño. La palabra hipnagógica/o viene del griego y está compuesta por «hupnos» (sueño) y «agogos» (inducir).
En la primera fase del sueño, se produce el estado hipnagógico. En él nuestra consciencia está disminuida, situada en lo que se conoce como «umbral de la conciencia», pero nuestros sentidos, aunque amortiguados, pueden seguir funcionando. Las personas que padecen esas alucinaciones hipnagógicas explican su experiencia como algo tremendamente angustiante ya que es muy difícil distinguirlas de la realidad. La sensación es que se está completamente despierto, pero por contra no se pueden mover las extremidades ya que al iniciar el sueño, sin darnos cuenta, nuestro cerebro ha enviado a la médula la señal para desconectar el movimiento de las extremidades. No es inusual despertar en este estado hipnagógico y durante unos segundos sentir que es imposible mover el cuerpo; afortunadamente el estado revierte casi de inmediato.
Son mucho más frecuentes en niños entre 6 y 15 años, aunque algunas personas las arrastran hasta la edad adulta. Las visuales y las auditivas son las más comunes y suelen tener en la mayoría de los casos origen en vivencias de la vigilia más inmediata, aunque en otros casos son experiencias muy coloridas visualmente y sin relación con nada conocido, lo que aumenta la sensación de vivir una experiencia extrasensorial. Las auditivas van desde ruidos tenues a explosiones, siendo dos de las alucinaciones más comunes el oír pronunciar el propio nombre o escuchar como suena el timbre de la puerta.
Para muchos científicos, la existencia de este estado de alucinación hipnagógica es lo que está en la base de muchas experiencias sobrenaturales, entre ellas apariciones de fantasmas o abducciones extraterrestres. Las personas que han pasado por una de esas experiencias terroríficas, explican que no pueden moverse, pero sí oír o ver perfectamente lo que ocurre, y sienten que «alguien» les impide el movimiento y el habla. Estas sensaciones son las que se tienen en las alucinaciones hipnagógicas, de ahí que se piense que ambos fenómenos están relacionados.
El contrario a la alucinación hipnagógica es la alucinación hipnopómpica, que es la que se produce justo antes de despertarnos, entre el sueño y la vigilia. ¿Te ha ocurrido alguna vez? ¡Comparte tu experiencia con nosotros!
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