Hace mucho, mucho tiempo, 73.000 años para ser exactos, colapsó la cara oriental de un volcán en Cabo Verde. Esto provocó una ola de proporciones gigantescas, que se elevó a 170 metros de altura y luego se estrelló con fuerza descomunal en una isla próxima.
Este megatsunami, como fue bautizado en la revista Science Advances, es el más grande del que se tiene registro geológico.
Dicen que puede volver a pasar
Así lo asegura Ricardo Ramalho, un geofísico de la Universidad de Bristol, aunque aclara que no puede saberse con exactitud cuándo o dónde.
El problema son los volcanes jóvenes oceánicos –como los que se encuentran en las Islas Canarias o las Azores, o Hawái– que cuentan con altitudes muy grandes y paredes escarpadas; el científico cree que el desastre potencial se encuentra allí, si sucede de nuevo con toda certeza se originaría en estos volcanes.
Los flancos de algunos de los volcanes oceánicos colapsan de manera periódica, provocando que enormes cantidades de roca se deslicen hacia abajo y que el agua se desplace por debajo; así se forman los tsunamis.
En 2011 un equipo de geólogos europeos registró huellas de tsunamis moderados que habrían golpeado la isla de Santiago, en el archipiélago de Cabo Verde, frente a Senegal. Este estudio fechó las evidencias en hace aproximadamente 100.000 años, momento en el que Fogo, un volcán oceánico, colapsó gradualmente a una distancia de 55 kilómetros.
Ramalho, que en el 2007 había hecho una investigación doctoral en la isla de Santiago, descubrió allí un misterioso rastro de rocas esparcidas en una gran meseta, a 200 metros sobre el nivel del mar. Se dio cuenta de que para que esas rocas, provenientes de los acantilados, fuesen extraídas y empujadas hasta el sitio donde estaban, se requeriría de una ola mucho más grande que la sugerida por el equipo en 2011.
Así que él y su equipo tomaron muestras de las rocas y notaron que tenían la misma composición que las de los bordes de la meseta. Eso, y escombros caóticos, incluyendo fósiles marinos, confirmó que allí había ocurrido un megatsunami, pues la potencia necesaria de una ola para arrastrar la piedra más grande tendría que haber sido de por lo menos 170 metros de altura.
Fecha precisa
Colaboradores del Observatorio Terrestre Lamont-Doherty, de la Universidad de Columbia (Nueva York), realizaron mediciones de las concentraciones de isótopos de helio en los escombros de roca.
Cuando los rayos cósmicos solares golpean ciertos minerales, como el olivino, se produce helio-3. Al medir la cantidad de helio-3 en las superficies de las rocas expuestas desde que ocurrió el megatsunami, se puede saber cuándo ocurrió. Así, pues, los investigadores calcularon que este megatsunami sucedió hace, más o menos, 73.000 años.
¿Existe un peligro real de que veamos el desastre?
Como mencionamos al comienzo de nuestro artículo, las islas Azores, las Canarias o Hawái serían los lugares más lógicos.
Ramalho piensa que las islas Canarias, específicamente, son las más vulnerables de experimentar los colapsos en sus laderas, pues cuentan con volcanes jóvenes, activos y muy empinados.
El megatsunami va a ocurrir. Sin embargo, no es nada probable que lo suframos, ya que este tipo de eventos ocurre cada 100.000 años. Quedan al menos 25.000 años de tranquilidad. Podemos respirar aliviados.
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