Volvemos a Supercurioso con otra entrada referente a las apariciones marianas. En la anterior os hablábamos sobre tres apariciones de la Virgen María, dos de ellas en Francia y en Bélgica, que fueron reconocidas como reales por la Santa Sede. En esta ocasión, os presentamos tres casos más, igual de interesantes. ¡Sigue leyendo!
1. Virgen de Fátima
Lucía de Jesús junto a sus primos, Francisco y Jacinta Marto, de 10, 9 y 7 años respectivamente, cuidaban un rebaño de ovejas en Cova de Iría, en la localidad de Fátima, Portugal, cuando después de haber rechazado el rosario como hacían con asiduidad, el 13 de mayo de 1917, vieron una luz intensa encima de una encina, era una señora que portaba un rosario blanco en las manos. Así lo contaban los 3 pastores, que recibieron de la Virgen el consejo de rezar mucho y la petición de que regresasen los días 13 de los siguientes cinco meses al mismo sitio y a la misma hora. Como habrás intuido, así lo hicieron.
El día 13 de octubre los acompañaron más de 70.000 personas cuando la Virgen se aparecía por última vez. La Virgen comunicó que era la Señora del Rosario y pidió que levantaran una capilla. Después de esta aparición, todos los observadores pudieron ver como el milagro que se le prometió a los niños en julio y en septiembre se hacía realidad: “el sol, giraba sobre sí mismo pareciendo un disco de plata, una rueda de fuego que se precipitaba sobre la Tierra”, decían en el Santuario.
2. Virgen de La Salette
El sábado 19 de septiembre de 1846, Maximin Giraud y Mélanie Mathieu de 11 y 14 años respectivamente, estaban en una montaña de los Alpes franceses cercana a la localidad de La Salette-Fallavauz, cunado a media tarde vieron a una dama bella que se dirigía a ellos entre lágrimas y cabizbaja.
Según lo que cuentan, en francés, la Virgen lloraba por la poca piedad que había en este mundo y no podía aguantar más la mano de su Hijo, si las personas no hacían caso a las leyes de Dios. La Virgen se lamentaba de que la gente trabajara el domingo si tener presente el Día del Señor y predijo una tremenda escasez y hambruna si las cosas no cambiaban.
3. Nuestra Señora de los Pobres
Este caso está relacionado con el de Beauraing, que ya te contamos en la anterior entrega de apariciones marianas. A 50 millas de este pueblo, en la misma Bélgica, la virgen volvía a aparecerse, pocos días después, de nuevo a una niña.
Corría el año 1933 cuando Mariette Beco, cuya familia no eran practicantes, se encontraba mirando por la ventana cuando vio a una mujer muy bella, envuelta en una luz, con la cabeza especialmente iluminada, como si toda esa luminiscencia surgiera de ella. La niña de 11 años, aterrorizada ante la imagen, llamó a su progenitora, pidiéndole salir de casa para ver a la virgen. Su madre se lo impidió, sin dar crédito a lo que decía. Tras el «incidente», consultaron con el sacerdote del pueblo, pero él tampoco creyó las palabras de Mariette.
Apenas tres días más tarde, la virgen volvió a aparecer para hablar a la niña de una fuente que tenía reservada para ella, tras otra visita, se identificó como la «Virgen de los pobres». Al parecer, el agua de la fuente era «para todas las naciones, para los enfermos». En total, Mariette vio a la virgen en 8 ocasiones y en las 5 últimas, ésta le pidió que creyera en ella y rezara.
El 22 de agosto del año 1949 se aprobaban estos sucesos como verdaderas apariciones de la Virgen a la pequeña Beco.
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