El arqueólogo danés Christian Jürgensen Thomsen clasificó tres edades de los metales, la Edad de cobre, bronce o hierro, para separar en 1820 las colecciones de la Comisión Real para la Conservación de las Antigüedades de Copenhague, elaboradas con tales materiales en sus distintos períodos de desarrollo y auge.
Lo que desconocía Thomsen y demás arqueólogos, es que algunos de estos artefactos recuperados en el tiempo estaban compuestos por algo más que la aleación del cobre con el estaño para dar forma al bronce. Así pudieron constatarlo en un estudio reciente, con el que descubrieron que al menos unas cuantas armas de la Edad del Bronce fueron fabricadas con hierro proveniente de material cósmico.
Un estudio revela que en la Edad del Bronce fabricaron piezas con material cósmico
Tradicionalmente, el orden que ocupan las tres edades de los metales, según fueron descubriéndose estos materiales, parte desde la Edad del Cobre, luego la Edad del Bronce -que comprende entre el 1700 y el 800 a.C.- y por último la Edad del Hierro.
Resulta interesante que, ya para la Edad del Bronce comenzaron a fabricarse armas y herramientas con base de hierro, mucho antes de que los humanos descubrieran cómo producirlo dos mil años más tarde. ¿Y cómo lo lograron? Precisamente esta extrañeza condujo el estudio publicado en el Journal of Archaeological Science, que arrojó un resultado fascinante: los objetos analizados pudieron ser forjados a partir de material cósmico, o metal meteórico para ser exactos.
Los artefactos que fueron parte de la observación provenían de distintos museos, distribuidos en Turquía, China, Egipto y Siria. Entre ellos destacan piezas como la daga del rey egipcio Tutankamón, un brazalete de él mismo y un reposacabezas, que datan del año 1350 a.C.
Además de unas piezas valiosas de la dinastía Shang del 1400 a.C. en China, cuentas de Gerzeh (3200 a.C.), un colgante de Umm el-Marra del 2300 a.C. y varias otras reliquias que pasaron bajo revisión de Albert Jambon, del Instituto de Mineralogía, Física de Materiales y Cosmoquímica, en Francia, autor del estudio.
Con la ayuda de un espectrómetro de fluorescencia de rayos X, Jambon descubrió que la composición química de los objetos coincidía con el mismo material cósmico que integra a los meteoritos. Con este hallazgo repara Jambon que, «los resultados actuales que complementan los análisis de alta calidad de historiadores, sugieren que la mayoría o todos los hierros de la Edad del Bronce se derivan del hierro meteorítico».
El hierro meteorítico está compuesto principalmente de hierro con una alta concentración de níquel y cobalto. Esto explicaría por qué las armas y joyas hechas con hierro en la Era del Bronce eran ciertamente unas rarezas, pues en ese período se fundía el cobre con estaño para formar bronce, y a partir de esta formación, elaboraban la mayoría de las herramientas, porque para entonces desconocían cómo fundir el hierro de su mineral. Por ello Jambon razona que la respuesta está en los restos de meteoritos que aterrizaron a la Tierra hace miles de años.
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